En la ciudad de Palermo, en Italia, es posible encontrar uno de los museos más macabros del mundo, cuya temática central son los muertos. Para empezar, en una exposición permanente se encuentran más de 8 mil cadáveres completamente accesibles al público.
A medida que el tiempo pasaba, esta forma de sepultura se convertía en una tradición local y la burguesía empezó a adherirse a la idea. En vida los más ricos donaban dinero al monasterio a cambio de que, cuando murieran, fueron sepultados en este lugar.
En 1882, el lugar fue oficialmente cerrado a nuevas sepulturas, pero recibió algunos cuerpos más como una solicitud especial. Uno de estos cuerpos era el de Rosalia Lombardo, que hace algunos años se convirtió en el más famoso del lugar debido al perfecto estado de conservación del cadáver y a que “abrió los ojos“. La niña, que tenía 2 años de edad cuando falleció, se mantiene tan bien conservada que simplemente aparenta estar dormida.
Durante mucho tiempo la conservación de este cuerpo fue un misterio, pero hace poco una investigación llevada a cabo por la revista National Geographic concluyó que el médico que embalsamó a la pequeña empleó una técnica nueva, que tenía como “ingrediente secreto” la aspirina, de esta forma logró que el cadáver se mantuviera en mejor estado que los demás.
Un dato interesante sobre este sitio es que la atmósfera y el suelo ayudan a la preservación de los cuerpos, lo que hace que la experiencia de visitar este museo sea algo único en el mundo.
Échale un vistazo a algunas imágenes de este lugar increíblemente macabro.