A Rebeca Méndez le decían “La Loca del Muelle de San Blas”, después de que en 1971, en la Playa El Borrego en San Blas, Nayarit, perdió a “Manuel” quien se adentró en el mar y nunca regresó.
La historia cobró importancia en 1997 cuando el grupo mexicano Maná la popularizó a través de la canción “En el muelle de San Blas”.
Rebeca Méndez Jiménez, una mujer de 63 años que desde 1971 esperaba en el puerto el regreso de su novio, un joven que salió a pescar y jamás regresó.
Según cuenta la historia, ese día la tormenta tropical Priscilla, en el Pacífico, habría sido la causante de que ‘un amor que fue la gloria’ se perdiera, y Rebeca, siendo aun adolescente, quedara trastornada, loca. Cuenta que su amado Manuel salió temprano a pescar junto con otros hombres 3 días antes de su boda con Rebeca, Sin embargo, quedó atrapado por un huracán que azotó el mar. y llegado el día de la boda, Rebeca, al verse abandonada, vistió el ajuar de novia, caminó por la playa El Borrego, y se quedó esperando a su novio por días….. pero nunca más se supo de él y tampoco se encontró su cuerpo. Fueron más de 41 años que esperó a su amado Manuel, el golpe fue tan fuerte para Rebeca que desde el día que desapareció Manuel, lo esperó con su traje blanco.
Con esa elegancia Rebeca tejía ropa para muñecas y otras curiosidades y las vendía en la plaza del pueblo, donde vivía a pesar de no tener familia, Allí fue que el líder de la banda, Fher, la conoció en la década de los noventa. Se interesó por su historia y la convirtió en una de las más hermosas canciones de Maná. Algunos también comentan que se dedicaba a trabajar en un restaurante y en algunas casas.
Se dice que al ser encontrada por su familia, Rebeca pasó por el cementerio de la marinera, y al ver las cruces creyó que su novio estaba sepultado en una tumba, pero luego le contaron que los que morían en el mar no tenían tumba, realidad que la destrozó aun más.
Rebeca falleció en septiembre del 2012 a los 63 años, fue homenajeada por los pobladores Del muelle de San Blas , donde se convirtió en un símbolo por la espera de su amor, El cuerpo de Rebeca fue cremado y sus cenizas arrojadas al mar en búsqueda de su gran amor por las autoridades quienes piensan levantar un monumento donde la mujer esperaba a su amado con el fin de recordar por siempre esta maravillosa historia de amor
Parte de la letra dice así:
“Ella despidió a su amor, el partió en un barco en el muelle de san Blas."