Tras dedicar buena parte de su vida a la minería, Zigmund Adamski llevaba una vida completamente normal, incluso se podría decir que aburrida, en la pequeña localidad de Tingley, al sudeste de Leeds, Inglaterra. Sin embargo, su existencia terminó de forma repentina e inexplicable a los 56 años. Adamski nació en Polonia en 1923 y emigró a Inglaterra en 1945 (a los 22 años). Seis años después contrajo matrimonio con Leokadia Howalska y empezó a trabajar en una mina de carbón en las inmediaciones de Lofthouse Colliery. A pesar de las carencias económicas, Adamski era feliz.
La desaparición de Zigmund Adamski.
En 1980, el minero presentó una solicitud para jubilarse pues su esposa requería cuidados especiales debido a una esclerosis múltiple que la confinó a una silla de ruedas. Además, Adamski terminó desarrollando bronquitis por su hábito de fumar y la contaminación en la mina. Para cualquier efecto, el cuerpo del pobre hombre ya no resistía las agotadoras jornadas de trabajo. Pese a esto, la empresa minera rechazó la solicitud.
Adamski decidió seguir adelante, sobre todo porque en algunos días su ahijada se casaría y estaba preocupado por la preparación que antecedida a la ceremonia. Por eso, el 6 de junio de 1980 Adamski y un primo se dirigieron a Wakefield para realizar las compras. Volvieron a casa y comieron con otros dos parientes que habían llegado desde Polonia.
Faltando 15 minutos para las 4 de la tarde, Adamski volvió a salir de su propiedad con la intención de adquirir algunas provisiones para el día siguiente. En el camino se topó a un antiguo vecino y lo saludó para seguir con su destino rumbo al mercado. Realizó las compras tal y como lo había planeado, pagó, salió de la tienda y jamás regresó a casa.
La preocupada Leokadia vio que la noche avanzaba y su marido no llegaba, por lo que decidió dar aviso a la policía y la búsqueda por Adamski inició en ese preciso momento.
Inexplicable hallazgo en Todmorden.
La tarde del 11 de junio de 1980, cinco días después de la desaparición del minero polaco, el policía Alan Godrey (que hasta su jubilación trabajó en la ciudad de Todmorden, a 48 kilómetros al sudoeste de Tingley) recibió una llamada en su base militar, atendida por su colega Malcom Hagley.
Llamaba Trevor Parker, copropietario de un centro de distribución de carbón ubicado en las proximidades de una antigua estación de tren en Todmorden. Aquel terreno industrial estaba aislado al final de una brecha de tierra de un solo carril, cuyo acceso sólo era posible en automóvil o cualquier otro vehículo, pero muy complicado a pie.
Trevor Parker contó al policía que mientras cargaba un camión de la empresa para las entregas del segundo turno del día, localizó el cadáver de un hombre sobre un montículo de tres metros de antracita. Era Zigmund Adamski, muerto en un sitio muy lejos de casa. El reloj marcaba las 3:45 de la tarde, irónicamente, la misma hora en que salió de casa para no regresar jamás.
Malcom Hagley y Alan Godrey arribaron al lugar del crimen una hora después, antes de la ambulancia que había solicitado Trevor cuando descubrió el cadáver. A pesar de la lluvia, los oficiales subieron al montículo de carbón para examinar el cuerpo. Hasta ese momento ignoraban que se trataba del desaparecido Adamski.
La escena del crimen.
Localizaron el cuerpo de bruces y, como describió Godrey, «parecía estar dormido». No llevaba camisa bajo el traje abotonado en los sitios equivocados. Su pantalón estaba abierto y los zapatos fueron atados con tal fuerza que sus pies se pusieron morados. No llevaba cartera ni cualquier otro objeto de valor, ni siquiera su anillo de matrimonio.
El cuerpo y la ropa no mostraron señal alguna de suciedad, ni siquiera manchas de carbón. Tampoco localizaron las típicas lesiones producto de una pelea, ni siquiera un rasguño producto de aquel montículo de mineral. Adamski sólo presentaba unas discretas marcas semejantes a quemaduras alrededor de la cabeza, sobre la nuca y hombros. Sobre estas heridas se observó una sustancia gelatinosa de color verdoso.
Para los oficiales quedó claro que la escena no encajaba en el contexto. Por eso, solicitaron al departamento de investigación criminal una inspección de la escena y también del cadáver de Adamski.
La autopsia a Zigmund Adamski.
Durante la autopsia del minero desaparecido, el médico legista Alan Edwards especificó que la barba del occiso no había crecido en los cinco días que duró desaparecido, tampoco las uñas, cabello y vello corporal en general. Parecía que el crecimiento fue interrumpido en el momento de su desaparición. También encontró una buena cantidad de comida no digerida en el estómago.
Ningún órgano o parte de su cuerpo fue puesto bajo estrés, lo que confirmó las sospechas de Godrey. No encontraron heridas internas, tampoco daño alguno a causa de enfermedades vasculares. El médico declaró: “parece que el cuerpo simplemente fue desconectado, de forma natural”. Incapaz de ofrecer una explicación médica lógica, el forense resolvió que la causa de muerte fue un paro cardíaco.
La teoría de la abducción extraterrestre.
A medida que pasaba el tiempo, la misteriosa muerte de Zigmund Adamski se llevó al centro de una conspiración, donde destacaba la teoría de una abducción extraterrestre. Entre las décadas de 1970 y 1980, Todmorden figuró como escenario principal en una gran cantidad de relatos sobre contactos con seres extraterrestres.
La policía abrió una investigación, pero no logró encontrar nada que justificara la desaparición voluntaria del anciano. La vida de Adamski siempre fue completamente normal, estable y feliz. No tenía deudas, enemigos o problemas que afectaran su autoridad moral. Se recurrió al público para intentar obtener información fresca, pero terminaron igualmente frustrados. El caso empeoró cuando los análisis de laboratorio no pudieron identificar la sustancia gelatinosa localizada en la cabeza de Adamski.
Para fines legales, el caso se concluyó con un veredicto abierto, definiendo la causa de muerte por una insuficiencia cardíaca. Desde el punto de vista de los ufólogos, estamos ante un contacto del sexto tipo, los peculiares incidentes donde los extraterrestres provocan heridas o la muerte directa de un ser humano. Independientemente de la explicación, ningún bando puede responder las preguntas sobre el destino de Adamski y las razones de su muerte.