domingo, 18 de agosto de 2019

Explorador que localizó el Titanic buscará avión de Amelia Earhart

Amelia Earhart es una de las aviadoras más famosas de la historia, sobre todo por su misterioso y trágico final. Hace más de 80 años mientras pilotaba su avión, desapareció sin dejar rastro. Muchos creen que murió como náufraga en una isla solitaria. En 1985, Robert Ballard y su equipo de oceanógrafos localizaron los restos del RMS Titanic, el famoso transatlántico que había estado perdido desde hacía más de setenta años.
Amelia Earhart a color
Amelia Earhart.

Las expediciones de Robert Ballard.


Pero, no sólo encontraron la ubicación pues la expedición también recolectó imágenes y videos del hallazgo. Gracias a esta información y su posterior análisis se conoció a detalle la forma en que falló la embarcación, como el hecho de que terminó partido por la mitad cuando la proa se inclinó.
La fama de Ballard se debe principalmente al descubrimiento del Titanic. Sin embargo, en su carrera constan más de 150 expediciones submarinas que culminaron con grandes hallazgos con el del acorazado alemán Bismarck, hundido por fuerzas británica en 1941. También localizó los restos del portaaviones estadounidense USS Yorktown, hundido en la batalla de Midway, disputa aeronaval protagonizada contra los japoneses en 1942. Lo recordarás en la historia de la infame Isla Clipperton.
Robert Ballard
Dr. Robert Ballard.

Amelia Earhart, el nuevo desafío de Ballard.

Amelia, la primera mujer en cruzar sola el Atlántico, desapareció junto con su navegador, Fred Noonan, el 2 de julio de 1937 mientras pilotaba un Lockheed Electra. Se disponía a convertirse en la primera mujer en dar la vuelta al mundo a bordo una aeronave. Había despegado de la ciudad de Lae, en Papúa Nueva Guinea, rumbo a la Isla Howland en el océano Pacífico. Sin embargo, jamás llegó a la isla y el avión simplemente desapareció.
avion Lockheed Electra
Lockheed Electra
La Marina de los Estados Unidos realizó una búsqueda en la zona que se extendió por dos semanas. Jamás encontraron rastros del avión y mucho menos evidencia de que Amelia y Noonan hubieran sobrevivido. Al final, el gobierno concluyó que el Electra se había desplomado y hundido sobre el Pacífico matando a sus tripulantes. Por otro lado, los amantes de las teorías de conspiración sugieren que Amelia pudo ser capturada y ejecutada por los japoneses.

Isla Nikumaroro.

Entre todas estas versiones sobre el paradero de Amelia Earhart, una de las más aceptadas es la del International Group for Historic Aircraft Recovery (TIGHAR), una organización estadounidense sin fines de lucro. Según los investigadores, Amelia habría perecido en la isla Nikumaroro, a unos 650 kilómetros al sur de la isla Howland.
Isla Nikumaroro
Isla Nikumaroro
La teoría menciona que el Electra se quedó sin combustible, obligando a la piloto a realizar un aterrizaje de emergencia en el lugar. También se dice que Amelia habría realizado múltiples solicitudes de rescate por radio, pero nunca obtuvo respuesta.
Según el TIGHAR, la evidencia que sustenta esta hipótesis es una fotografía aérea de la isla realizada en 1937. En la imagen aparece un contorno poco definido que sería parte del tren de aterrizaje del Electra, además de los registros de mensajes de radio que provenían del Pacífico en los días posteriores a la desaparición. Actualmente, se cree que el avión terminó en el fondo del océano cerca de la isla Nikumaroro.

Intentando develar el misterio.

Este sería el punto de partida de Robert Ballard que hoy, 7 de agosto, se dirige a Nikumaroro con todo su equipo de investigación. Viajará a bordo del E/V Nautilus, una moderna embarcación de investigación que hace más eficiente las exploraciones subacuáticas.
Amelia Earhart revisando unos planos
Una vez en el lugar el equipo se dividirá en dos: uno terrestre recurrirá al olfato de perros rastreadores para intentar encontrar huesos que hubieran pertenecido a Amelia o Noonan. El otro, encabezado por Allison Fundis, buscará los restos de la aeronave en el fondo del océano.
Además de las embarcaciones robóticas equipadas con cámaras, el equipo recurrirá a dispositivos de sonar para mapear el fondo marino. A sus casi 80 años, esta podría ser una de últimas expediciones de Robert Ballard. Con mucha cautela declaró: “quizá algunas cosas nunca deban ser encontradas. Veremos si Amelia es una de ellas”.