jueves, 8 de agosto de 2019

Crean silla para combatir el 'manspreading'

Sillas para combatir el manspreading.



La activista y universitaria Laila Laurel acaba de crear una silla para combatir el horroroso 'manspreading'. Cuando los hombres se desparraman en los asientos públicos, invadiendo el espacio de otras personas.


El invento de la estudiante de 23 años logra que los hombres mantengan sus piernascerradas gracias a su diseño. En cuanto a la inspiración, la joven simplemente acepta que la idea surgió de la experiencia cotidiana en espacios públicos. 

Silla contra el manspreading / Tomada de @lailapoppylaurel -Instagram

Silla contra el manspreading' evita que los hombres se desparramen 

En consecuencia, Laila obtuvo un premio de talento emergente por las silla de madera con extremos a los lados. Estos funcionan como límites para evitar que las piernassean abiertas en exceso.
La creadora es entonces otra víctima del 'manspreading', práctica por cierto prohibida en Madrid, España, por tratarse de un tipo de violencia. En suma, Nueva York es otra ciudad que se ha unido a campañas para frenar el micromachismo en el transporte público. 
Sin embargo, la universitaria de Brighton también diseñó otra silla que permite a las mujeres extender sus piernas para no mantenerlas cerradas. Se trata de un gesto simbólico para empoderarla. 

Silla contra el manspreading / Tomada de @lailapoppylaurel -Instagram

El 'manspreading' es un tipo de violencia y micromachismo

Ambas creaciones estarán expuestas en algún hotel Belmond, aunque hasta el momento no se ha mencionado cuál. No obstante, desde el anuncio de los diseños el tema ha generado cientos de debates en redes sociales entre aquellos que piensan es absurda la lucha contra el manspreading, y los que la creen urgente. 
El término 'manspreading' se incorporó por primera vez al Diccionario de Oxford en agosto de 2015. Su finalidad es que el individuo se responsabilice de la agresión hacia el espacio vital del otro, y que erróneamente se ha normalizado.
Algunos especialistas afirman que abrir las piernas de forma exagerada en el transporte público genera en el hombre una sensación de poder por encima de la mujer. Este poder se interioriza y moldea en la personalidad, así que comúnmente no lo saben.