El cuerpo de La Dama de las Dunas fue encontrado sin ropa y en avanzado estado de descomposición en julio de 1974 en las inmediaciones de la playa Race Point Dunes, en Massachusetts, Estados Unidos. Casi la habían decapitado, cercenado las manos y cortado las venas de la muñeca. El cadáver se encontraba recostado de bruces sobre una toalla verde, y un pañuelo azul en la cabeza le cubría una profunda herida en el cráneo. Unos pantalones vaqueros habían sido doblados y dispuestos como almohada.
El punto donde se localizó el cuerpo se ubica a tan sólo unos metros de una brecha que solían utilizar las personas para ingresar a la playa. Aunque se encontraron rastros de sangre en el lugar, la policía concluyó que había sido asesinada en otro sitio y trasladada hasta la playa, probablemente varios días o semanas antes del hallazgo.
Un misterio sin resolver.
“La dejaron en una posición completamente ensayada”, mencionó Warren Tobias, que en ese tiempo se desempeñaba como oficial del Departamento de Policía de Provincetown. “Estaba recostada sobre la toalla como si se estuviera bronceando”. Debido a la larga exposición a la luz solar, su piel se quemó y adquirió una tonalidad negra con múltiples heridas y escamas. El olor terminó atrayendo a toda clase de insectos y animales rastreros en la zona. El cuerpo se encontraba extremadamente deteriorado.
Como se desconocía la identidad de la víctima, la prensa empezó a referirla como La Dama de las Dunas debido al nombre con el que los locales conocen esta zona de playa. Pese a que se recolectaron muestras de ADN, su identidad y el responsable de su muerte jamás fueron esclarecidos.
“Tras más de cuatro décadas, todavía no sabemos quién era”, menciona Tobias, que estuvo involucrado en el caso desde el principio: primero como oficial, después como detective y al final como investigador civil. La muerte de La Dama de las Dunases un completo misterio y tierra fértil para numerosas teorías sobre la identidad del asesino.
Algunos creen que este homicidio pudo ser un encargo del infame mafioso James “Whitey” Bulger, involucrado en varios crímenes con un modus operandi parecido. Whitey se hizo conocido por evitar la identificación de las víctimas a cualquier precio. Otros sospechan del asesino serial Tony Costa, que cometió la mayoría de sus crímenes en el barrio South Boston donde solía abandonar a sus víctimas en escenas cuidadosamente ensayadas. Sin embargo, para la fecha en que sucedió este asesinato Costa probablemente ya estaba tras las rejas.
La película “Tiburón” y su conexión con La Dama de las Dunas.
El caso de La Dama de las Dunas volvió a cobrar fuerza a últimas fechas cuando el escritor Joe Hill, hijo del aclamado novelista Stephen King, se involucró en la historia.
Hill formuló una hipótesis sobre el asesinato que hizo pública por primera vez en un blog personal en agosto de 2015, misma que terminó llamando la atención de la prensa a causa de una serie de comentarios que realizó en un podcast sobre la película Tiburón, que Steven Spielberg dirigió en 1975.
La hipótesis apunta a que antes del trágico final, La Dama de las Dunas habría participado como extra en la filmación. De hecho, la película se rodó en Martha’s Vineyard, cerca del punto donde se localizó el cadáver, donde una enorme cantidad de extras fueron requeridos para grabar las escenas.
Hill hace énfasis en las imágenes que transcurren a los 54 minutos y 2 segundos de iniciada la película, una escena que sucede en las celebraciones del 4 de julio, cuando una joven mujer vestida con pantalones vaqueros y un pañuelo azul puede verse en el fondo. De hecho, la mujer que aparece en la película guarda un parecido notable con el retrato hablado que realizaron los artistas forenses sobre el cuerpo.
Hill sugirió que “la joven víctima pudo haber aparecido en una película clásica y nadie jamás lo notó”. Mejor aún, en la publicación original de 2015 se cuestionó: “¿y si la imagen perteneciera al fantasma de La Dama de las Dunas que rondaba las filmaciones, prácticamente como si estuviera pidiendo ayuda?”.
Trabajo como extra.
En el mismo texto, Hill menciona que una gran cantidad de personas, especialmente mujeres jóvenes, se presentaron en esta zona para formar parte de la película. La producción requirió de muchos extras, sobre todo en aquellas escenas que transcurrían en la playa y, esencialmente, cualquier persona que se presentaba en el set podía participar. Quizá debido a esta situación la mujer jamás fue reconocida y no se reportó la desaparición de una persona con sus características en el área.
No sería nada descabellado suponer que una joven que acudió a participar en el rodaje de la película aprovechara su estancia para disfrutar la playa unos días más en época de vacaciones. En la publicación, Hill comenta que compartió sus suposiciones con un agente del FBI. En respuesta, el agente federal le dijo que podría ser un abordaje interesante, sobre todo porque las películas guardan una lista detallada del nombre de todos aquellos que participan en la producción, y si La Dama de las Dunas colaboró como extra, su nombre real debía estar en alguna parte.
Mejor aún, el agente comentó que “las ideas más extrañas han ayudado a resolver casos misteriosos”.
Durante una entrevista con la prensa, la investigadora en jefe de la policía de Provincetown, Meredith Lobur, no quiso dar detalles sobre su proceder. “Cualquier cosa que ayude a resolver un caso y genere interés, es algo bueno”. Lobur también mencionó que la policía sigue cualquier teoría o pista que pueda ofrecer información adicional para resolver el caso.
Hill concuerda: “algunas de las personas que trabajaron en la película podrían recordar detalles. Alguien tal vez recuerde a una mujer con un pañuelo azul en las filmaciones de Tiburón”.
El meticuloso asesino de la Dama de las Dunas.
Hill también menciona que dos cosas inusuales sucedieron en Cabo Cod en el verano de 1974. La primera fue la producción de esta película que terminó atrayendo a un gran número de personas. La segunda fue el hallazgo de una mujer asesinada en las inmediaciones de Provincetown, un lugar sumamente apacible. Por lo que es probable estos dos eventos se relacionen de alguna forma.
Durante décadas, el caso de La Dama de las Dunas dejó perplejos a los investigadores, desde que una niña que paseaba con su perro se encontró con el cadáver. El asesino tomó todas las medidas para ocultar su identidad, por eso cortó sus manos y arrancó varios dientes con un alicate.
El pelo de esta mujer también fue cortado parcialmente, aunque aparentemente al final el asesino terminó renunciando. También pudo planear su decapitación, pero se arrepintió a último momento.
Tobias, el agente en retiro que dedicó parte de su carrera a investigar el asesinato, dice que la mujer tenía entre 18 y 25 años de edad. Era destacable el hecho de que sus coronas dentales costaran aproximadamente 10 mil dólares, una señal de que pudo haber sido alguien con dinero.
Aunque el cadáver de La Dama de las Dunas fue exhumado en dos ocasiones para recolectar muestras de ADN y hacer reconocimiento a través de una reconstrucción facial, no lograron llegar a nada significativo y los esfuerzos resultaron en vano.
La policía empleó un radar de profundidad para intentar localizar sus manos, se analizó el flujo de la marea (en caso de que hayan sido arrojadas al mar), se sondearon algunas conexiones en la mafia así como pandillas de motociclistas que circulaban en la zona. Ninguno de estos intentos produjo una pista. Incluso solicitaron la intervención de una médium, pero no encontraron nada.
Un crimen difícil de resolver.
Tobias mencionó que el asesino serial Hadden Clark, preso en Maryland, confesó haber sido el autor del crimen hace dos décadas, pero la policía no le creyó. Hadden, que había sido diagnosticado con esquizofrenia paranoide, solía adjudicarse crímenes para sentirse importante. El ex detective Tobias, que se integró al departamento de policía el mismo año que se descubrió el cadáver, dio seguimiento al caso hasta el año de 1989 y trabajó como consultor externo hasta 2009. Todavía está involucrado como civil y es considerado un especialista en este crimen.
Consideró importante la pista de Hill en la investigación, pero dice que después de todo este tiempo ha perdido relevancia. Tobias mantiene un profundo escepticismo y le resulta difícil creer que se puede encontrar una solución al misterio.
“Creo que la joven en la película puede ser ella, pero es difícil decirlo. Sí, es una posibilidad. Pero es muy improbable que esto nos lleve a algo definitivo”.
Desafortunadamente, el encargado de dirigir al elenco que participó en Tiburón murió hace muchos años y los registros de los extras, si es que todavía existen, deben analizarse meticulosamente. Por si fuera poco, en aquella época no eran tan cuidadosos sobre la presencia de extras en las producciones cinematográficas.
Universal, la casa productora de Tiburón, se mostró dispuesta a colaborar en la medida de lo posible. Sin embargo, resulta improbable que exista algún documento útil después de tanto tiempo. “Jamás renunciaremos al caso”, dice Tobias, “pero debemos admitir que existen muchas dificultades en casos de esta naturaleza. Por mi parte estoy en paz pues todo lo que pude haber hecho, lo hice”.
A casi cuatro décadas y media del crimen, La Dama de las Dunas aún espera justicia.