¿Tienes muchas arrugas en la frente? Los científicos creen que estos surcos en la piel son un indicativo que va mucho más allá del estrés en la vida cotidiana: podrían ser una señal sobre el estado de tu salud cardiovascular. Así lo concluyó un grupo de investigación francés a través de un estudio presentado el pasado domingo 26 de agosto en el marco del congreso anual de la Sociedad Europea de Cardiología.
Un estudio de dos décadas.
Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Toulouse, en Francia, sugiere que las líneas de expresión también pueden funcionar como una señal para conocer la salud del corazón. Para llegar a esta conclusión hicieron un seguimiento de dos décadas a 3,200 voluntarios con edades comprendidas entre los 32 y 62 años al comienzo de la investigación. Cada cierto tiempo, los voluntarios eran evaluados por los investigadores y se les asignaba determinada nota según la profundidad de las arrugas en su frente – la más baja era 0 (sin arrugas) y la máxima 3 (muchas arrugas).
Tras veinte años, los especialistas concluyeron que aquellos participantes con notas de 1 presentaban un riesgo ligeramente mayor que aquellos cuya piel en la frente era completamente tersa. Mientras que los individuos con notas de 2 y 3 eran dos veces más propensos a sufrir un ataque cardíaco que aquellos que no presentaban marcas. Esta probabilidad se mantuvo incluso después que los investigadores consideraron factores de riesgo como la presión arterial, edad, género y si el individuo era fumador o diabético.
La relación entre las arrugas y la salud del corazón.
El mecanismo a través del cual se relaciona la salud cardiovascular con las arrugas en la frente todavía se desconoce, aunque los investigadores propusieron una teoría. Sería consecuencia del estrés oxidativo y la pérdida de colágeno (procesos que se intensifican con el envejecimiento), que no sólo propician la aparición de arrugas sino también el desarrollo de arterioesclerosis. Es un padecimiento donde la placa (grasa, tejido fibroso y material inflamatorio) se van depositando en las paredes arteriales y que, a largo plazo, puede provocar un infarto o derrame.
Otra posible explicación es que, debido a su tamaño reducido, las venas en la frente pueden ser más sensibles a la acumulación de placa. Es decir, se trataría de una evidencia a simple vista de que la salud cardiovascular de una persona no está en buenas condiciones.
Por supuesto, las arrugas en la frente no resultan indicadores más precisos e importantes que aquellos obtenidos a través de exámenes específicos. Sin embargo, los autores creen que puede contribuir con el diagnóstico. “Es la primera ocasión que se establece esta relación, por lo que debe ser confirmada mediante estudios futuros. Pero se trata de una práctica simple y económica que podría ser adoptada por los médicos”, apunta Yolande Esquirol, autora principal del estudio.
Una buena salud cardiovascular (y un rostro sin arrugas) se obtiene a través de una dieta equilibrada, actividad física regular y, de ser posible, la relajación del cuerpo y la mente. Estas son las formas más simples de lograr que el corazón siga latiendo firme y fuerte, y desaparecer las arrugas de la preocupación.