Frank Borman se integró a la tripulación del Apolo 8 con un solo objetivo en mente: superar a los soviéticos en la carrera espacial. Si toda tu infancia soñaste (y aún guardas la esperanza) con ir al espacio, debes saber que la experiencia de viajar más allá de los límites de nuestro planeta no es tan buena como suponemos.
En aquella oportunidad, Borman fue uno de los primeros astronautas en rodear la Luna por primera vez y obtener imágenes de la superficie del satélite. En compañía de James Lovell y William Anders, formó parte del primer equipo de astronautas que logró rebasar la órbita terrestre.
A pesar del significado histórico de esta hazaña, durante la entrevista el ex astronauta confesó que para él fue una misión como cualquier otra. Después de todo, todo aquello formaba parte de un objetivo superior: ganar a los soviéticos en la carrera espacial, algo que era realmente importante para él.
“Estaba allá por la Guerra Fría”, dijo Borman. “Quería formar parte de esta aventura estadounidense de vencer a los soviéticos. Eso era lo único que me motivaba”.
¡Meh!… aburrido.
En la entrevista, Borman dejó muy en claro que no tenía ningún tipo de interés en cuestiones astronómicas y que se sintió indiferente sobre su experiencia espacial. Respecto a la sensación de gravedad cero, mencionó que resulta interesante los primeros 30 segundos, después se convierte en rutina.
“Probablemente soy yo [la peor persona para ir a la Luna]”, bromea. “Devastación. Cráteres de meteoritos. Carente de color, únicamente diferentes tonos de gris”, describe el veterano que no disfrutó para nada su aproximación al satélite natural de nuestro planeta.
Por otro lado, Borman confiesa que aprobó la vista de la Tierra desde la Luna y el trabajo de Bill Anders para fotografiar aquel momento histórico.
Para Borman, los mejores momentos de su vida los ha pasado en tierra firme, junto a su familia. Y, al regresar a casa, no mostró ningún tipo de interés por comentar cómo fue su experiencia a miles de kilómetros de la atmósfera. “Lo último que me pasó por la cabeza fue hablar sobre cómo se veía la Luna”, dice. “Nadie me preguntó”.
Al poco tiempo de finalizada la misión, Borman renunció a seguir con el entrenamiento de la NASA y rechazó volver a participar en la próxima misión Apolo. En la actualidad, muy pocas veces recuerda sus días en el espacio y la mayor parte de su tiempo lo invierte cuidando a su esposa, que padece Alzheimer.