En la pequeña villa de Kentri, en la región sureste de la isla griega de Creta, transcurría un día completamente normal hasta que un granjero local, buscando un lugar donde estacionarse al interior de su propiedad, se dispuso a descansar bajo la sombra de uno de sus olivos. Sin embargo, al descender del automóvil se encontró con un hoyo de tamaño considerable que había aparecido de la nada. Se trataba de una tumba que resguardaba una serie de cajas y artefactos con más de 3,400 años de antigüedad.
La tumba minoica.
El hoyo descubierto por el granjero, provocado por una filtración en un tubo de irrigación, contenía un par de Iarnakes (una caja estrecha y decorada que utilizaban los minoicos) y dos docenas de vasos coloridos, así como un par de esqueletos humanos, uno en cada caja.
El Ministerio de Cultura de Grecia emitió un comunicado donde especifica que, a partir de un análisis preliminar de la cerámica, las piezas habrían sido creadas entre el 1400 a.C. y el 1200 a.C. Y basados en los dibujos e inscripciones que decoran las piezas, los hombres allí sepultados pertenecían a la alta clase social.
La tumba tiene 2.5 m de profundidad, cuenta con tres nichos decorados y una entrada que fue cerrada con rocas en algún momento de la historia. Ahora, los arqueólogos quieren recolectar la mayor cantidad de información posible en la zona para entender mejor la dinámica de vida en Creta en aquel periodo.