Aquellos países que se preocupan por su sistema educativo suelen implementar mejoras y corregir fallas cada cierto tiempo. Ocasionalmente la introducción de novedades no resulta tan bien como se esperaba y, peor aún, existen problemas muy antiguos que se resisten a desaparecer. Échale un vistazo a estos cinco aspectos que debería reconsiderar todo sistema educativo.
1 – Los alumnos más jóvenes son más propensos a ser diagnosticados con TDAH.
En México, la edad mínima para que los alumnos ingresen a la educación básica en nivel preescolar es de 3 años, cumplidos al 31 de diciembre del año de inicio del ciclo escolar. Un niño que cumple años el día 31 de diciembre quedará un año adelantado en la escuela respecto a otro que cumple años al día siguiente, el 1 de enero. Por otro lado, los pequeños que nacieron con una diferencia de 363 días terminarán en el mismo grupo.
Es una situación complicada que diversos sistemas educativos alrededor del mundo intentan solucionar. En una investigación conducida por la Escuela de Medicina de Harvard se encontró una relación entre la fecha de corte para el ingreso a la educación básica y el diagnóstico incorrecto del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Precisamente, los niños más pequeños del grupo son más propensos a ser diagnosticados con el padecimiento.
Y es que 12 meses en la vida de un pequeño de 3 años representa una diferencia trascendental en el desarrollo de la misma. Sin embargo, los docentes ven a un pequeño que no logra concentrarse mucho tiempo en determinada actividad y suele desvariar observando su entorno. Comunican estas observaciones a los padres, que a su vez terminarán informando a los médicos quienes pueden concluir un diagnóstico equivocado.
El estudio reveló que los niños que nacen en el último mes permitido para la inscripción tienen hasta 30% más probabilidad de ser diagnosticados con TDAH que sus compañeros de grupo ligeramente mayores.
2 – Demasiada tarea puede ser contraproducente.
Los especialistas en educación sugieren que las tareas para los alumnos deben seguir la regla de los 10 minutos por año escolar. Por ejemplo, un alumno de primero de primaria debe tener 10 minutos de tarea al día como máximo, mientras un alumno de sexto año puede recibir hasta 60 minutos de tarea al día. Mientras cursan preescolar, a los niños no se les debe encargar ningún tipo de actividad extraescolar.
Sin embargo, en la práctica los docentes encargan tareas cuya resolución supera, por mucho, la regla antes mencionada. Diversos estudios demuestran que, especialmente en el primer año de nivel primaria, la tarea no promueve una mejora al rendimiento académico. De hecho, cuando se deja tarea en exceso el resultado puede ser contraproducente.
En alumnos pequeños, una gran cantidad de tarea puede reflejar una imagen negativa de la escuela, bajas calificaciones, pérdida de la autoestima, deterioro de las habilidades sociales y una reducción en la calidad de vida.
3 – La falta de educación artística.
Cuando hay que prescindir de algún docente o eliminar alguna materia, la educación artística aparece en primer lugar, incluyendo a la música, pintura, teatro y danza. Podría ser un error terrible. Al menos así lo sugiere un estudio donde se encontró que los alumnos de bajos ingresos que asisten a clases de educación artística presentan mejores calificaciones en todas las materias, se mantienen estudiando más años y cultivan un mayor comportamiento cívico.
Estos niños se convierten en adultos más involucrados en noticias, trabajo social y política. Por si fuera poco, muestran una mayor empatía y tolerancia hacia otras personas y formas de pensar.
4 – Las clases que empiezan muy temprano.
La Academia Americana de Pediatría recomienda no despertar a los adolescentes antes de las 8 de la mañana. Esta sugerencia obedece a la diferencia en el ciclo circadiano que manifiestan los jóvenes respecto a niños y adultos. Y es que el aumento en la producción de melatonina (una hormona que induce el sueño) en los jóvenes inicia alrededor de las 23h, mientras en los niños sucede al comienzo de la noche.
Como la mayoría de adolescentes experimenta la necesidad de dormir en torno a la media noche, despertar a las 6 de la mañana significa que tienen menos de 6 horas de sueño por noche, cuando lo recomendable para una persona de entre 14 y 17 años son diez horas de sueño.El sueño no sólo repone energías, también permite a nuestro cerebro consolidar la información aprendida durante el día. Lógicamente, aquellos que duermen mal terminan aprendiendo mal.
Ante la evidencia, algunas escuelas estadounidenses decidieron retrasar la hora de ingreso a clases. Recientemente, en el estado de California se aprobó una modificación al horario de ingreso en las escuelas de educación básica (nivel primaria) para las 8 de la mañana, y 8h30 a los que cursan secundaria. La fecha límite para modificar el horario en todo el estado es el primero de julio de 2020.
5 – Los estilos de aprendizaje.
En 1970 se popularizó la idea de que cada alumno organiza la información de forma distinta, y que es responsabilidad del docente identificar el estilo de cada alumno y adaptar sus métodos de enseñanza según corresponda. Entre estos estilos encontramos el auditivo, visual, de lectura-escritura y kinestésico (del movimiento).
Sin embargo, las investigaciones sugieren que esto no proporciona ningún tipo de ventaja al alumno, y puede llegar a entorpecer su aprendizaje. Lo ideal es adaptar el contenido a cada estilo, y no personalizar el estilo para cada alumno.
Insistir demasiado en la idea de que cada alumno posee un estilo definido, y que su forma de estudio debe encajar en éste, puede ser perjudicial para el pupilo al grado de convencerlo de que no es capaz de aprender de otras formas.