martes, 27 de noviembre de 2018

las frases más importantes en la historia

Nada resulta más importante y fuerte para la comunicación humana que las palabras, aunque digan que una imagen dice más que mil. Las frases no sólo tienen la capacidad de inmortalizar un momento, sino también de cambiar el rumbo de la historia. A través de poemas, entrevistas, obras de teatro, libros o discursos las frases han sido capaces de iniciar y terminar conflictos bélicos, influir en nuestra forma de pensamiento, profundizar en la forma en que entendemos a nuestros semejantes y mucho más.
Todo lo que tenemos son palabras

Las grandes frases de la historia jamás serán olvidadas, independientemente de que hayan sido recitadas por un político, religioso, filósofo, personaje ficticio o hasta un astronauta, pues forman parte esencial de la conciencia colectiva, ampliando su contexto original y sentido, convirtiéndose en auténticos índices del conocimiento y la complejidad de la sociedad humana.
Por eso, hoy te presentamos algunas de las frases más importantes de la historia, aquellas que independientemente de la nacionalidad, doctrina religiosa, orientación política, época e incluso veracidad de los hechos, terminaron influyendo de forma definitiva en nuestra forma de pensar y vivir.
Debido a que no existe un método para medir la importancia de cada frase, la lista no tiene ningún tipo de organización jerárquica. Lo único que podemos hacer es conocer un poco más de cada una de estas máximas que tanto nos ayudan a conocernos como sociedad.

Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad” – Neil Armstrong.

Neil armstrong
De acuerdo con diversas fuentes, nadie en la NASA (ni siquiera la tripulación del Apolo 11) tenía conocimiento de que el astronauta estadounidense Neil Armstrong había preparado una frase tan emblemática para celebrar el haberse convertido en el primer ser humano en poner un pie sobre la Luna.
El 21 de julio de 1969, aproximadamente 500 millones de televidentes atestiguaron la llegada del hombre a nuestro satélite natural (en aquella época el acontecimiento más visto en la historia), y de forma prácticamente instantánea la frase de Neil Armstrong se hizo inmortal, condensando el sentimiento de todo el planeta en un acontecimiento tan impactante.

Nada es permanente, excepto el cambio” – Heráclito de Éfeso.

Heráclito de Éfeso busto
Poco se sabe sobre la vida del filósofo griego pre-socrático llamado Heráclito de Éfeso, incluso su obra está conformada por fragmentos y textos sueltos. Sin embargo, pese a haber nacido cerca del año 535 a.C. su visión de la vida resulta una de las más influyentes en la filosofía moderna.
A diferencia de Parménides de Elea, otro gran pensador pre-socrático que argumentaba que nada cambiaba y no debíamos fiarnos de nuestros sentidos, Heráclito se convirtió enel pensador del “todo fluye”, considerando que nuestro mundo está en constante movimiento. Parecerá algo exagerado, pero sin el aporte de Heráclito se hubiera perdidouna de las máximas más importantes de la filosofía y probablemente no tendríamos a Marx, Nietzsche, Jung o Deleuze.

No se nace mujer, se llega a serlo” – Simone de Beauvoir.

Simone de beauvoir cartel
La célebre frase de la feminista y filósofa francesa Simone de Beauvoir no solo se considera la base para su obra literaria más famosa, “El segundo sexo“, sino también como una de las premisas más importantes para los movimientos feministas de la actualidad. Beauvoir procuró exponer la idea de que ser mujer es mucho más que un estado natural y biológico determinado, pues ser mujer es la consecuencia de los efectos de la historia.
Independientemente de las definiciones fisiológicas, lo que conforma a la hembra es la historia de la civilización, y para cada mujer en específico, su historia de vida desde la infancia, que determina lo que se es.

Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros” – Evangelio de Juan.

Jesucristo
Más famosa y mucho más importante que otras máximas de la tradición judeocristiana, incluso que los diez mandamientos, esta frase atribuida a Jesús citada en el Evangelio según san Juan es (o al menos debería serlo) el compromiso más importante de cualquier cristiano. Refiriendo al amor universal como núcleo de su palabra y objetivo de nuestra misión en la Tierra, esta frase resume la esencia que podría convertir al cristianismo en una religión única.
Desafortunadamente, muchos seguidores son incapaces de seguir la palabra clara e inequívoca de su propio líder.

Yo tengo un sueño, que mis cuatro hijos algún día vivirán en un país donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter” – Martin Luther King.

Martin luther king lincoln memorial 1963
El 28 de agosto de 1963, en el Monumento a Lincoln y frente a una multitud que superaba las 200 mil personas, el pastor y líder del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos, Martin Luther King, pronunció su discurso más famoso. En el marco de la Marcha sobre Washington por el trabajo y la libertad, este discurso se considera uno de los más importantes en la historia, pues resultó una acción determinante para el movimiento por los derechos civiles en aquel país.
Un año después, King era galardonado con el Premio Nobel de la Paz, pero también le valió la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de derecho de voto de 1965, que culminaron con la segregación racial oficial en los Estados Unidos (aunque en la práctica todavía es un gran problema). En el año de 1999, el que se hizo conocido como “Tengo un sueño” se convirtió en el discurso estadounidense más grande del siglo XX.

Ser o no ser, ésa es la cuestión” – William Shakespeare en Hamlet.

Estatua de shakespeare
El soliloquio citado por Hamlet durante la primera escena del tercer acto en la pieza de nombre homónimo posiblemente se convirtió en uno de los versos más famosos de la literatura de todos los tiempos, que en un principio hace referencia a la duda del príncipe de Dinamarca sobre vengar o no la muerte de su progenitor. Sin embargo, la frase se convirtió en una de las oraciones más debatidas, citadas y reproducidas desde el 1600, fecha aproximada en que se escribió la obra, hasta nuestros días.
Y es que Shakespeare pareciera resumir la profundidad de diversos pensamientos filosóficos en una sola frase, convirtiéndose en el punto de partida para cuestionamientos humanos en todas direcciones.

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” – Artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Eleanor roosevelt declaración universal de los derechos humanos
En el año de 1948, a pocos años de finalizada la barbarie que significó la Segunda Guerra Mundial, se escribió la Declaración Universal de los Derechos Humanos cuyo objetivo era asentar las bases de un mundo pacífico sobre un nuevo conjunto de premisas ideológicas, y en el primer artículo figura el fundamento esencial para lograrlo. Aunque el documento ha servido como base para diversos tratados de paz alrededor del mundo en las últimas siete décadas, lamentablemente se le puede considerar como una utopía, una condición que la humanidad todavía no tiene la capacidad de alcanzar.
Independientemente de esto, su existencia sirve como termómetro para esa meta: aquello que debería ser el primer paso en las relaciones humanas todavía está muy lejos de suceder.

Pienso, luego existo” – René Descartes.

René descartes ilustracion de franz halls
En el Discurso del método, obra que el matemático y filósofo francés René Descartes escribiera en 1637, aparece una de las bases del pensamiento occidental y la ciencia moderna. La explicación “complementaria” sería “dudo, pienso, luego existo”, ofreciendo de esta forma una base firme para la idea del conocimiento en detrimento de la duda (sobre todo en un contexto donde la ciencia era perseguida por la Iglesia).
Desde la perspectiva de Descartes, el propio acto de poder cuestionar cualquier cosa servía como prueba de que existe un ser pensante (existe un yo). “No podemos dudar de nuestra existencia mientras dudemos”, escribió, abriendo caminos no sólo para la filosofía moderna, sino para cualquier ciencia objetiva o iniciativa que busque librarse de premisas religiosas imprecisas, incorrectas o pervertidas por intenciones de poder.

A pesar de todo, creo que las personas son realmente buenas de corazón” – Ana Frank.

Ana frank
Es una de las frases más simples que componen esta lista, pero no deja de resultar sumamente poderosa. Fue escrita por Ana Frank en su diario el día 15 de julio de 1944, palabras que ofrecen un soplo de esperanza a pesar de haber sido escritas en el contexto de una de las mayores tragedias en la historia de la humanidad. Ana apenas tenía 15 años cuando la escribió, y su vida le sería arrebatada por los nazis menos de un año después, en un campo de concentración en Alemania.
Su diario se convirtió en uno de los documentos más importantes y conmovedores sobre los horrores del nazismo en Europa.

Los proletarios nada tienen que perder más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar. ¡PROLETARIOS DEL MUNDO, UNIOS!” – Karl Marx y Friedrich Engels.

Karl marx y friedrich engels
La frase, que aparece al final del Manifiesto del Partido Comunista publicado en 1848, es la convocatoria de Marx y Engels al proletariado para integrar un nuevo orden social ante los años de explotación, opresión y segregación de la clase trabajadora por parte del capitalismo europeo. El documento concebido en el marco de las revoluciones de 1848 en el continente europeo, que también es un análisis profundo de los efectos de la revolución industrial, llegaría a convertirse en uno de los manifiestos más influyentes de la historia.
Al aclamar diversas reformas sociales, como la disminución de la jornada laboral y el voto universal, independientemente de la orientación ideológica de quien lo lee, se trata de un texto que no sólo fundamentó buena parte de los cuestionamientos y orientaciones políticas posteriores (a favor o en contra) sino que cambió de forma efectiva la geografía política, los conflictos y la realidad del mundo.

Dios está muerto” – Friedrich Nietzsche.

Estatua nietzsche

Publicada por primera vez en la obra La gaya ciencia de 1882, pero auténticamente popularizada en el trabajo más célebre del filósofo alemán Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra, de 1883, la frase que hace referencia a la muerte de Dios no es exclusiva de Nietzsche, de hecho, otros filósofos ya habían debatido la idea.
Sin embargo, es innegable que fue él quien acuñó y popularizó la frase de forma clara y consistente, refiriéndose de forma general a los efectos de la Ilustración, con la filosofía materialista, la ciencia y el naturalismo ocupando en un espacio medible, factible y pragmático una función que anteriormente desarrollaba Dios. Sin lugar a dudas, uno de los virajes filosóficos y culturales más significativos de nuestra historia.