Llevar inmigrantes ilegales a los Estados Unidos es una operación repleta de etapas bien definidas que cuenta con intermediarios en la mayor parte del continente americano. Se trata de un esquema mantenido en total discreción pues encaja en la ley de tráfico de personas, con penas que alcanzan hasta los 40 años de prisión en los Estados Unidos.
Si desea que lo dejen en otra ciudad estadounidense distinta al destino del grupo, tendrá que pagar una cantidad extra después de cruzar la frontera. Aquellos que no pagan pueden convertirse en rehenes, de forma que su familia es extorsionada para cubrir la cantidad acordada o, en el peor de los casos, ser ejecutados.
Un servicio costoso.
Los coyotes tienen cuotas que oscilan entre los US$ 4,000 y US$ 20,000. Evidentemente, esta cantidad no incluye el pasaje hasta México.
Los coyotes suelen dividir a los inmigrantes en grupos pequeños para llevarlos a casas de seguridad o albergues privados, donde los espera una estadía que puede durar 10 días hasta poder cruzar. Los coyotes establecen esta especie de reclusión privada para evitar levantar sospechas entre los vecinos y asegurarse de que nadie abandone la idea una vez en la frontera.
Tras ese periodo en cautiverio, los inmigrantes son enviados a las ciudades fronterizas: Reynosa, la más cercana a la Ciudad de México, se ubica a más de 1000 kilómetros de distancia. Dividir a los inmigrantes en grupos pequeños es una táctica para evitar que la operación completa fracase en caso de que sean descubiertos. Al arribar a estas ciudades en la frontera, los coyotes instalan a los inmigrantes en granjas.
Cuando se llega la hora de cruzar, un transporte se encarga de recogerlos a todos para dejarlos en brechas de terracería o junto a carreteras con poco tránsito. El viaje se hace a pie e implica atravesar desierto y río, con los grupos de inmigrantes formados en fila. El recorrido puede extenderse hasta cinco días bajo la amenaza constante de serpientes y escorpiones, además de los ladrones, secuestradores y violadores.
Cruzar a los Estados Unidos.
En la frontera, quienes optan por seguir por cuenta propia aquí terminan su contrato con el coyote. Los que pagan por llegar a una ciudad específica en los Estados Unidos contratan a otros coyotes, personas que ya viven en los Estados Unidos y los llevarán hasta el destino en automóvil. Generalmente, estos individuos ofrecen sobornos a oficiales estadounidenses. En esta etapa el pago se hace también por adelantado, pero no existe ninguna garantía de que los inmigrantes llegarán a su destino final.
Aquellos que deciden recorrer el territorio estadounidense sin la ayuda de los coyotes se arriesgan a perderse en una caminata de hasta 300 kilómetros que puede extenderse por tres días hasta llegar a su ciudad elegida. Este viaje generalmente se hace en verano. Las temperaturas pueden alcanzar los 40 °C, pero representan una ventaja pues les resulta más fácil camuflarse entre los turistas de vacaciones.