viernes, 2 de noviembre de 2018

China pretende “colgar” una Luna artificial en los cielos de Chengdú

Como si se tratara de una escena de la película El show de Trumanesta Luna artificial formará parte de la iluminación pública de la ciudad y, de acuerdo con algunos rumores, se prevé que el lanzamiento se haga en 2020. Aunque no está de más especificar que este satélite pseudo-natural no estará colgado de ninguna estructura y, de hecho, será puesto en órbita, aunque a una distancia mucho más corta que la Luna de verdad.
shangai luna
La ciudad de Chengdú, en China, podría convertirse en el próximo objetivo de Gru, de Mi villano favorito. Y es que esta lámpara gigante será hasta ocho veces más brillante que nuestro satélite natural visto desde la superficie terrestre, con capacidad para proporcionar iluminación a un área con diámetro de hasta 80 kilómetros.
De acuerdo con algunas publicaciones, el proyecto pertenece a una empresa llamada Chengdu Aerospace Science and Technology Microelectronics System Research Institute, una corporación sobre la que no existe mucha información disponible. Más extraño aún es que se trata de la primera ocasión en que el proyecto se menciona en los periódicos chinos, europeos y estadounidenses. El proyecto fue anunciado durante una gran feria de emprendimiento e innovación que se llevó a cabo en la ciudad de Chengdú el pasado 10 de octubre.
Wu Chunfeng, presidente de la empresa en cuestión, se mostró muy entusiasmado pero no ofreció ninguna pista sobre la forma en que lograrán que la trayectoria del “satélite luminaria” se mantenga precisamente sobre Chengdú las 24 horas del día, los 7 días de la semana. 

Los problemas de una Luna artificial.

El problema es bien conocido en el ámbito aeroespacial: para que un satélite se ubique siempre sobre el mismo punto de la superficie terrestre además de ser geosíncrono (es decir, completar una vuelta alrededor de la Tierra cada 24 horas), también debe ser geoestacionario (en otras palabras, completar la vuelta antes mencionada sin oscilar en sentido norte-sur).
En la actualidad, todos los satélites con estas características se ubican sobre la línea ecuatorial (el problema es que Chengdú se ubica en el Trópico de Capricornio, lejos de la línea del Ecuador). No existe otra forma: si inclinan el elipse que el satélite recorre alrededor de la Tierra para arriba o para abajo, como si fuera un aro rodeando el planeta, evidentemente empezará a circular entre los dos hemisferios en lugar de mantenerse sobre un mismo punto. Por eso, si seguimos esta lógica podemos suponer que otras ciudades que no tienen nada que ver con este proyecto chino terminarán siendo iluminadas por la Luna artificial.
La empresa no proporcionó ningún tipo de declaración sobre la física involucrada en el proyecto pero, eso sí, un representante se encargó de refutar a los ecologistas que mostraron preocupación por la contaminación luminosa generada por este dispositivo. Aseguró que la luminosidad extra en las noches de Chengdú no traerá ningún tipo de efecto adverso o interferirá con la vida de la fauna por ser bastante suave, similar a la intensidad luminosa de un crepúsculo.
luna falsa
Es una declaración muy cuestionable pues, además que existe suficiente evidencia científica para suponer que cualquier alteración en la luminosidad del ambiente termina interfiriendo con la mecánica de los ecosistemas, la contaminación luminosa implica otros problemas, como la interferencia con las observaciones astronómicas, un problema que dificulta el lanzamiento de cohetes.
 Antecedentes.
No se trata de la primera ocasión en que alguien intenta encender la luz del mundo por las noches. Algunos inventores franceses del siglo XIX llegaron a esbozar un anillo de espejos que daría la vuelta a nuestro planeta reflejando la luz solar, el objetivo era que París estuviera permanentemente iluminado por el Sol.
 En la década de 1990, los rusos también se dedicaron a experimentar con espejos en el espacio con la intención de calentar las ciudades al extremo norte de su territorio, donde las largas noches del Ártico se convierten en una pesadilla durante el invierno. Evidentemente, los nazis planearon algo parecido para fines menos nobles.