El pasado 9 de junio, más de 22 mil mujeres salieron a las calles de Corea del Sur para externar su rechazo al acoso con cámaras ocultas en lugares públicos, una práctica que ha crecido durante los últimos años.
De acuerdo con cientos de denunciantes, se instalan cámaras en baños públicos, en zapatos o en el transporte para mirar por debajo de las faldas y los resultados son considerados porno ‘molka’.
En la manifestación, las congregadas portaron máscaras para evitar una posible persecución y para posicionarse contra la vulnerabilidad y la exposición de imágenes que atenten contra una mujer. “Mi vida no es tu porno” y “No soy porno coreano” fueron algunas de las consignas de la mayor protesta de mujeres en la historia del país asiático.
Entre 2013 y 2017, según el portal Korea Eposé, en Corea del Sur se registraron más de 6 mil casos de espionaje con cámaras ocultas, aunque su número puede ser mucho mayor. De ellos, la mayoría de los agresores fueron hombres.