lunes, 4 de junio de 2018

Limpieza excesiva es una posible causa de leucemia infantil

Un estudio de grandes dimensiones revela que la exposición de los niños a los microbios resulta esencial para una buena salud. En México, durante la última década el promedio de muertes anuales por cáncer infantil es de 2,150. Entre los múltiples casos de cáncer que existen, la leucemia figura entre los de mayor incidencia.

Fuente dos pequeños jugando
Desde hace décadas existe controversia sobre cómo o por qué seres humanos de tan corta edad desarrollan esta enfermedad: figuran las causas ambientales, como las radiaciones ionizantes, ondas electromagnéticas e incluso productos químicos que nunca arrojan evidencia concreta en su aceptación.
Ahora, en este nuevo estudio llevado a cabo por un grupo de científicos londinenses se revelan algunos posibles culpables por la leucemia linfoblástica aguda (LLA), y entre estos encontramos la excesiva limpieza durante la etapa de la primera infancia.

El papel fundamental de los microbios en la primera infancia.

Tranquilos, esto no significa que los niños deben andar cubiertos de mugre entre un montón de pañales sucios. La limpieza en el ambiente es importante, pero el “aislamiento” de los pequeños, justificado por supuesta protección, es algo perjudicial.
Muñeca de porcelana
De acuerdo con Mel Greaves, autor del estudio y científico del Instituto de Investigación del Cáncer en Londres, el sistema inmunológico se hace más susceptible al cáncer cuando no existe un contacto razonable con microbios al comienzo de nuestra vida. Aunque el hallazgo resulta bastante inesperado, la conclusión de este estudio también es alentadora: de cierta forma, sería muy sencillo disminuir los índices de cáncer infantil.

LLA.

Primero, resulta imprescindible conocer la leucemia linfoblástica aguda. La LLA es responsable por 3 de cada 4 casos de leucemia infantil y, afortunadamente, el 90% de los pequeños que reciben un tratamiento adecuado y a tiempo logran salir adelante.

Esta forma de cáncer en la sangre se presenta cuando los linfocitos (un tipo de glóbulos blancos) que se forman en la médula ósea sufren alteraciones y se multiplican de una forma anormal. El término “agudo” hace referencia a que los linfocitos problemáticos aún son células muy jóvenes, inmaduras.
Cuando empiezan a generar los trastornos de la enfermedad, pasan a afectar todas las células sanguíneas en el cuerpo del infante enfermo. Lo más grave de la enfermedad es que los linfocitos cancerosos realmente avanzan muy rápido, por lo que resulta imprescindible un diagnóstico temprano para hacer frente a la enfermedad con éxito.
Los motivos por los que se desarrolla esta enfermedad en los niños eran un misterio para la medicina, pero las nuevas investigaciones parecen converger en dos puntos básicos para la ocurrencia de la enfermedad: la mutación genética e infecciones en sistemas inmunológicos débiles. Greaves ha venido recopilando información y estudiando el cáncer infantil durante más de tres décadas para finalmente alcanzar esta conclusión.

Los factores que propician la leucemia infantil.

En el primer factor se presenta una mutación genética muy específica: sucede incluso antes de que el bebé nazca y predispone al niño para que desarrolle la enfermedad, pero es importante resaltar que solamente uno de cada cien nacidos con esta mutación llega a enfermar de leucemia.
Pequeños jugando en un charco
El segundo factor resulta mucho más polémico: la leucemia, que generalmente se desarrolla en etapas posteriores de la infancia, suele afectar más a aquellos niños excesivamente limpios en el primer año de vida. Esa inhibición del contacto con ambientes fuera del hogar u otros bebés imposibilita la preparación del sistema inmunológico para hacer frente a otras amenazas.
Las infecciones comunes que se presentan en la infancia, y que fácilmente podrían ser curadas en niños que tienen más contacto con los microbios, resultan auténticas bombas para los bebés “limpios” – y posiblemente esto termine generando un desorden en los linfocitos.

Infección tardía.

En el estudio, Greaves muestra estas evidencias a través de una teoría que llamó “infección tardía” como causa de la LLA, afirmando que aquellas infecciones en nuestra infancia temprana resultan benéficas al preparar y estimular nuestras defensas. Y es que una primera infección posterior en pequeños predispuestos genéticamente, cuyo sistema inmunológico no se encuentra preparado, podría terminar influenciando el desarrollo de la leucemia.

Son años de experimentos e información los que condujeron a estas conclusiones, incluyendo pruebas en animales y estudios en poblaciones. Ahora, Greaves investiga si una exposición previa a microbios inofensivos puede prevenir la leucemia en ratones de laboratorio. De confirmarse, los resultados podrían extrapolarse a los pequeños humanos para tomar acciones y protegerlos de este cáncer.
La leucemia linfoblástica aguda afecta a 300 mil pequeños alrededor del mundo, con una mayor incidencia en aquellas sociedades ricas y desarrolladas. El estudiotiene la esperanza de que estas cifras disminuyan en el futuro.