Aquellos niños con 2 años de edad que se encuentran bajo el cuidado de madres controladoras tienden a desarrollar problemas psicológicos y dificultad para tratar a los demás, concluye un nuevo estudio. En el argot de los especialistas en desarrollo infantil el término “padres helicóptero” define a aquellos padres que siempre están cerca de sus hijos, supervisando cada comportamiento y controlando incluso la forma en que juegan.
El experimento.
Es una investigación que involucró la participación de 442 pequeños. A los 2 años de edad, participaron en una serie de juegos con sus madres en un ambiente controlado repleto de juguetes. Los investigadores evaluaron hasta qué punto la madre intentó asumir el desarrollo de la actividad o permitió que el hijo descubriera por su cuenta cómo funcionaba la tarea.
Posteriormente, cuando los pequeños cumplieron entre 5 y 10 años, se convocó a sus maestros a evaluar determinados problemas psicológicos como signos de depresión, ansiedad o soledad en los alumnos. Independientemente, también se elaboró un registro de las habilidades sociales y el desempeño académico. Además, se entrevistó a los propios niños que relataron sus aptitudes respecto a la escuela, profesores y cuestiones emocionales.
Otros factores tomados en cuenta abarcaron aspectos como el estatus socioeconómico de los niños participantes y la personalidad individual. Aún así, se hizo posible identificar que aquellos hijos de madres más controladoras muestran menor control sobre sus emociones e impulsos a los 5 años de edad. A los 10 años, la situación se vuelve mucho más complicada pues presentan una reducción en el desempeño académico y habilidades sociales.
Lo recomendable es…
“Con el fin de promover habilidades emocionales y en el comportamiento, los padres deben permitir a sus hijos experimentar una variedad de emociones y darles espacio para practicar e intentar administrarlas de forma independiente, y sólo después de que esto suceda pueden intervenir para ayudar y orientar a los pequeños”, recomienda Perry Nicole en un artículo para del periódico Developmental Psychology donde explica a detalle los resultados de la investigación. El exceso de cuidados termina impidiendo el desarrollo emocional que debería ser natural.
Para aislar las variables, el estudio se realizó únicamente con las madres y no incluyó la interacción con los padres, algo que posiblemente se integre en el futuro. Por muy difícil que resulte para algunos padres, la ciencia apunta que la mejor forma de educar a los hijos es permitir que aprendan de sus errores.