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El 4 de abril de 1968 el pastor estadounidense y activista de los derechos civiles para los afroestadounidenses, Martin Luther King, fue asesinado. Luther King Jr., líder del movimiento de derechos civiles en Estados Unidos, acabó muerto a tiros a sangre fría. Ese día se encontraba en Memphis, Tennessee, para liderar una manifestación en apoyo de una lucha que se prolongaba durante tres meses por el reconocimiento sindical de 1.300 basureros locales.
La huelga contaba con un amplio apoyo y una semana antes, King había liderado una marcha similar de hasta 15.000 personas por toda la ciudad.
King se alojaba en el Motel Lorraine. Justo después de las seis de la tarde, él y un par de amigos salieron al balcón para conversar con algunas personas pero entonces sonó un disparo y King se desplomó. Brotaba sangre de su mandíbula y de su cuello. La bala le perforó la mejilla antes destruir sus vértebras y quedar alojada en su hombro.
La ambulancia tardó 15 minutos en llegar, pero King perdía mucha sangre a gran velocidad. Lo llevaron al hospital de San José, pero no hubo nada que hacer. Media hora después fue declarado oficialmente muerto. Solo tenía 39 años.
El evento provocó una gran conmoción en todo el mundo. El movimiento de derechos civiles, los discursos apasionados y las protestas no violentas para luchar contra la segregación y lograr avances significativos en los derechos civiles de los afroamericanos, se había quedado sin su líder. En medio de una ola de duelo nacional, el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson instó a los estadounidenses a "rechazar la violencia ciega" que había matado a King, a quien llamó el "apóstol de la no violencia".
Su asesinato condujo a un estallido de ira entre los estadounidenses negros, así como a un período de duelo nacional que ayudó a acelerar el camino para una ley de vivienda igualitaria que sería el último logro legislativo significativo de la era de los derechos civiles.
Sin embargo, no era la primera vez que intentaban acabar con su vida. En el pasado sobrevivió a un intento de asesinato en la sección de zapatos de una tienda de Harlem el 20 de septiembre de 1958. Lejos de amedrentarse, el incidente reafirmó su creencia en la no violencia.
Entre los testigos del asesinato de King se encontraba Jesse Jackson, uno de sus ayudantes más cercanos. Ordenado como ministro poco después de la muerte de King, Jackson formó la Operación PUSH (People United to Save Humanity) y se postuló dos veces para presidente de los Estados Unidos, en 1984 y 1988.
¿Quién fue el asesino de King?
James Earl Ray, un ladrón de poca monta cuyo salto de mero delincuente a asesino metódico sigue siendo un misterio, fue declarado culpable del asesinato de Martin Luther King en 1969. Falleció el 23 de abril de 1998 a la edad de 70 años a causa de la hepatitis C.
"Nada se olvida más despacio que una ofensa y nada más rápido que un favor".
Nota cortesía de Doña Natus
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