Estamos comprobando lo agobiante que resulta vivir rodeado de momentos históricos. Además del ascenso del neofascismo, en los últimos años lidiamos con una pandemia. Y a últimas fechas con la amenaza constante de la Tercera Guerra Mundial. En 2022, la vida en el planeta no es tan simple como en el pasado. Por eso, consideramos que los antiguos filósofos tienen algunos consejos y reflexiones que pueden ayudar a sobrellevar esta situación.
Pensadores estoicos.
Entre los pensadores estoicos figuran los nombres del emperador Marco Aurelio, Séneca y Epicteto. A diferencia de sus antecesores, estos intelectuales en el periodo del Imperio Romano adoptaron una filosofía ética y orientada al comportamiento. Enfocándose en las emociones de las personas y desapegándose de los asuntos estrictamente racionales.
Y la verdad es que los conceptos estoicos elaborados por varios de estos filósofos resultan de mucha utilidad en nuestros días. En estos momentos de tribulación donde la ansiedad prácticamente se volvió una norma y la constante racionalización de nuestro futuro es ineludible. Aquí es donde los estoicos intentan tranquilizarte o meterte una bofetada con mucha clase. “El hombre no está preocupado tanto por problemas reales como por sus ansiedades imaginadas sobre los problemas reales”, decía Epicteto.
La ansiedad según Séneca.
Séneca, la figura principal del estoicismo, consideraba que la ansiedad es la mayor enemiga de la felicidad. Para este filósofo, las personas que ansían más demuestran una gran falta de sabiduría y, sin saberlo, potencian su tristeza.
“La auténtica felicidad reside en disfrutar del presente, sin depender con ansias del futuro, no para divertirnos con esperanzas o temores, sino para descansar satisfecho con lo que tenemos, lo cual es suficiente, pues el que es así no desea nada. Las mayores grandezas de la humanidad están dentro de nosotros y a nuestro alcance. Un hombre sabio vive feliz con su suerte, cualquiera que esta sea, sin desear aquello que no posee”, reflexionaba el pensador.
Prioridades y asimilación del cambio.
Otro aspecto interesante de la filosofía estoica es la definición de las prioridades. Para estos pensadores, controlar y comprender nuestras prioridades resulta esencial. No solo control sobre uno mismo, también sobre aquello que resulta importante. Y cuando estemos ante una situación incontrolable, según los estoicos lo mejor es que te importe un carajo. “Aprende a ser indiferente con lo que no hace diferencia”, recomendaba Marco Aurelio. Tratándose de inteligencia emocional, este tipo era un campeón.
Para los filósofos estoicos no existe un orden determinado del todo y las cosas terminan organizándose sin necesidad de intervención humana. Son férreos creyentes de la naturaleza y por eso abrazan la indiferencia como guía de vida. Pero, no hay que confundir indiferencia con inacción. Sobre todo, porque otra parte importante del pensamiento estoico tiene que ver con asimilar el constante cambio en nuestras vidas.
“¿Te asusta el cambio? ¿Pero, qué puede existir sin él? ¿Puedes tomar un baño caliente y dejar la leña como estaba? ¿Comer tus alimentos sin transformarlos? ¿Puede cualquier proceso vital ocurrir sin cambiar alguna cosa? ¿Cambiar es igualmente necesario a la naturaleza del todo?”, se preguntaba Marco Aurelio en sus meditaciones.
Cortesia del Comunista adorador del capitalismo
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