Al menos eso es lo que cuenta la leyenda a través de la tradición oral. De acuerdo con algunas historias árabes, en una cámara de la Pirámide de Micerino (la más pequeña de las tres ubicadas en Giza) que se encuentra anexa a la del Faraón, descubrieron el cadáver de una cortesana de nombre Ródope (Rhodopis) del griego: Ροδώπις, “Mejillas Rojas”. Dice la fábula que ella fue la “Cenicienta”.
Se cree que su enterramiento data de la época ptolemaica, cuando Egipto sucumbió ante la influencia griega. Si bien su tumba no sería una de las tres grandes pirámides, el hecho es que terminó en una de ellas. Esta historia la conocemos a través de la poetisa griega Safo de Mitilene (Safo de Lesbos). Además, el historiador y geógrafo griego Estrabón narró su historia con algunos detalles un poco diferentes a los de la poetisa en su obra Geográfica (libro 17, 33), escrita entre el 7 a.C y 24 d.C.
Ambos coinciden en que Ródope fue una joven griega muy hermosa que fue raptada en Tracia por piratas y vendida en Egipto como esclava. Se dice que su amo era un buen hombre, pero desinteresado por los asuntos del hogar, por lo que no se percataba que ella era maltratada por su mujer e hijas, y con ello nació la leyenda: se encargaba de las labores más pesadas en el hogar en compañía de un pájaro, un hipopótamo y un mono.
En la historia se cuenta que hubo un acto real convocado por Amosis I (Faraón fundador de la XVIII Dinastía en el Imperio Nuevo) en Menfis. La joven griega tomaba un baño en el río Nilo, cuando un halcón -supuesta encarnación de Horus- le arrebató un zapato y voló, mientras sobrevolaba el palacio se le cayó dicho zapato y fue a parar a manos del Faraón… otra versión narra que ella se vistió con sus mejores galas para el evento, incluidas unas sandalias de oro rojo, pero que no pudo asistir ya que las otras mujeres se lo impidieron. Entonces un halcón robó una sandalia y se la llevó al Faraón, quien creyó que era un designio divino y dio la orden de que todas las doncellas de Egipto se probaran la sandalia. Y a quien le calzara perfectamente sería su reina. Aunque otra versión señala que la hizo su concubina (la concubina con corazón de oro).
Estrabón rescató la historia de Ródope. Y Heródoto (historiador griego s. V a.C.) cuenta que una de las pirámides de Giza fue construida por encargo de ella o para ella; no obstante, las fechas no coinciden, ya que Micerino pertenece a la IV Dinastía y Amosis a la XVIII. En todo caso, se le encontró allí, y su historia estuvo presente en la tradición grecorromana y pasó a la literatura europea hasta convertirse en la moderna Cenicienta. En 1634, el napolitano Giambattista Basile en su antología póstuma «El cuento de los cuentos» incluyó la historia de Cenerentola, relato que inspiró más tarde a Perrault y a los hermanos Grimm para escribir el cuento que ahora conocemos, con la malvada madrastra, las odiosas hermanastras, el hada mágica y por supuesto, la pérdida de la zapatilla de cristal. No obstante, el origen egipcio de la Cenicienta sigue allí, recordándonos que hay sueños que pueden hacerse realidad.
Nota cortesía de Gato p2p
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