Tres gemelos idénticos que se reencontraron en la adultez tras pasar una vida separados. Parece el guion de una telenovela mexicana, pero es una historia real sobre un descubrimiento accidental que desenterró un penoso secreto.
Una revelación sobre las implicaciones éticas en la investigación académica. Nuestra historia empieza en 1980, cuando Robert Shafran (Bobby) ingresa a un campus de la Sullivan Community College en Nueva York.
Los trillizos Bobby, Eddy y David.
Era un joven de nuevo ingreso y nunca antes estuvo en esa universidad. Pero, por alguna razón otros alumnos lo saludaban con mucha familiaridad. Como si se tratara de un estudiante de último año, lo recibían con abrazos. De hecho, algunas chicas de las que ni siquiera conocía el nombre llegaron a besarlo. Mientras se instalaba en el dormitorio, Bobby supo que lo confundían con otra persona llamada Eddy.
Esto se lo dijo Michael Domnitz, alumno que un año antes compartió clases con el tal Eddy y sabía que ese año no asistiría a la universidad. Cuando Domnitz conoció a Bobby, quedó atónito por el increíble parecido. Poco después, ambos consiguieron un teléfono para llamar a Eddy. A este último no le resultaba extraño, pues no era la primera vez que recibía llamadas de amigos contándole sobre la existencia de otra persona idéntica a él.
Separados al nacer.
Eventualmente, Bobby supo que ambos nacieron el 12 de julio del mismo año. Además, que sus familias hicieron los trámites en la misma agencia de adopción: Louise Wise Services. Michael Domnitz y Robert Shafran emprendieron un viaje de más de 150 kilómetros, hasta Long Island, para conocer a Edward Galland, el famoso “Eddy”. En el momento que los gemelos se conocieron, era como si estuvieran frente a un espejo.
No solo se parecían físicamente. Hacían los mismos gestos, empleaban las mismas frases y vestían con el mismo estilo. Era un momento de enorme alegría para ambos y no pasó mucho antes que la historia trascendiera a la prensa. La enorme exposición mediática del caso llegó hasta David Kellman que, al ver una foto de los gemelos, encontró que era idéntico a ellos.
Tres desconocidos idénticos que alcanzaron la fama.
A partir de ese momento, la vida de los tres se vuelve un torbellino de fama. Además de entrevistas y apariciones en programas de televisión, participan en una película estelarizada por Madonna: Buscando desesperadamente a Susan (1985). A Bobby lo adoptó una familia de clase media alta. Eddy creció con una familia de clase media. Y a David lo adoptó una familia pobre. Sin embargo, los gemelos eran idénticos en muchos aspectos. Practicaban lucha libre, reían de la misma forma, sus cigarrillos favoritos eran los Marlboro y se sentían atraídos por mujeres mayores.
De la noche a la mañana, tres perfectos desconocidos se volvieron celebridades. El inusual vínculo los hizo facturar una buena cantidad de dinero y llegaron a emprender un restaurante llamado Triplet (trillizos, en inglés). Realmente sentían un cariño fraternal y disfrutaban mucho de su nueva vida. Intrigados por la situación, los padres adoptivos acudieron a la agencia para conocer los motivos de la separación de los trillizos.
Simplemente les respondieron que separaron a los hermanos para facilitar el proceso de adopción, pues instalar a tres niños en un mismo hogar era complicado. Por azares del destino, uno de los padres olvidó un artículo en la oficina de la agencia y regresó para recuperarlo. Se encontró con una celebración. Los empleados brindaban con champaña como si hubieran salido victoriosos de algo.
Las familias adoptivas de los trillizos.
Pese a todo, la vida de los trillizos parecía un cuento de hadas. La expectativa general era que todo resultaría muy bien para los hermanos. Desafortunadamente, la tragedia no tardó en alcanzarlos. Y para comprender su trágico final debemos analizar algunos aspectos en la vida de los jóvenes.
Sus padres eran individuos completamente diferentes. El padre de David era un trabajador inmigrante, bondadoso y el que más los apoyó para recuperar el tiempo perdido. Precisamente, ofreció su casa para que vivieran los tres. Mientras tanto, Bobby era hijo de un exitoso médico neoyorquino. El típico padre ausente que se dedica de lleno al trabajo. Por otra parte, Eddy era hijo de un docente que le inculcó una educación rígida y disciplinada. Al estilo militar.
Traumas psicológicos producto de la separación.
Aparentemente, la separación de los trillizos en la infancia acarreó un grave trauma psicológico. Los padres adoptivos mencionaron que los pequeños solían golpearse la cabeza contra los barrotes de la cuna. David experimentó serios problemas emocionales y durante varios años acudió a terapia con un psicólogo. Bobby cumplía con una libertad condicional tras involucrarse en un robo que culminó con la muerte de una mujer en 1978. Por otro lado, Eddy padeció un trastorno mental que lo llevó a suicidarse en 1995.
Tras una serie de malos entendidos con la familia de Eddy, Bobby empezó a guardar distancia con el trío. Pero, la tristeza que siguió a la muerte de Eddy terminó separando aún más a los hermanos restantes.
El polémico experimento social.
Años después de la tragedia, un terrible secreto sale a la luz. El periodista Lawrence Wright, ganador de un premio Pulitzer, escribe un libro sobre hermanos gemelos y durante la investigación se topa con un artículo publicado en la década del 80. El documento refiere una investigación secreta sobre hermanos gemelos que fueron separados. Publicado en The Psychoanalytic Study of the Child, este artículo de 1986 es la pista que lleva a descubrir el oscuro secreto tras los trillizos.
Al final, resultó que la vida de los jóvenes era parte de un experimento social planeado en secreto. La extinta agencia de adopciones Louise Wise Services eligió una familia distinta para múltiples gemelos. El objetivo era que los niños formaran parte de un estudio liderado por el psiquiatra Peter Neubauer y desarrollado por el Child Development Center, institución que más tarde absorbería The Jewish Board.
La trágica historia de las quintillizas Dionne.
Cada uno de esos gemelos tenía una hermana mayor adoptada por la agencia. Y los investigadores, identificados como agentes del gobierno, realizaban pruebas periódicas a los niños. Realizaron un seguimiento hasta la adolescencia, período en que las intervenciones empezaron a amainar. Cuando la Universidad de Yale otorgó acceso a la documentación de los experimentos, Bobby y David se enteraron que eran unos de los muchos conejillos de india empleados por Neubauer.
Como los empleados de Louise Wise no violaron ley alguna en la época de las adopciones, resultó imposible adjudicarles responsabilidad por los experimentos. En la actualidad, la ley exige que los gemelos se adopten juntos.
Dr. Peter Neubauer.
Durante el control nazi de Austria, el Dr. Peter Bela Neubauer se refugió en Suiza para sobrevivir al Holocausto. Posteriormente, colaboró de forma muy estrecha con Anna Freud en la Hampstead Clinic, en Londres. Desde 1970 y hasta su muerte, Neubauer trabajó como editor de The Psychoanalytic Study of the Child, una publicación anual patrocinada por la Universidad de Yale.
Varias víctimas del estudio «naturaleza versus crianza» de Neubauer buscaron compensaciones monetarias, disculpas y registros en el Jewish Board of Family and Children’s Services, institución que heredó la investigación del científico tras su muerte en 2008. De todos los gemelos estudiados, al menos tres terminaron suicidándose.
En 1980, Neubauer se negó a publicar el estudio de los gemelos por temor a que la opinión pública se volviera en su contra. Los registros de esta polémica investigación se encuentran reservados en la biblioteca de la Universidad de Yale hasta el 25 de octubre de 2065. En 2008, más de 10 mil páginas de la investigación vieron la luz pública, pero estaban fuertemente editadas y/o censuradas.
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