En la mitología clásica, Dioniso es el dios de la vendimia y el vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, y un personaje importante de la mitología griega, como hijo del dios principal Zeus. Aunque los orígenes geográficos de su culto son desconocidos, casi todas las tragedias lo presentan como «extranjero».
Fue también conocido por los romanos como Baco y el frenesí que inducía, bakcheia. Es el dios patrón de la agricultura y el teatro. También es conocido como el ‘Libertador’ (Eleuterio), liberando a uno de su ser normal, mediante la locura, el éxtasis o el vino. La misión divina de Dioniso era mezclar la música del aulós y dar final al cuidado y la preocupación. Los investigadores han discutido la relación de Dioniso con el «culto de las almas» y su capacidad para presidir la comunicación entre los vivos y los muertos.
En el panteón griego, Dioniso fue incorporado como hijo de Zeus y Sémele, nieto de Harmonía y bisnieto de Afrodita, si bien otras versiones afirmaban que era hijo de Zeus y Perséfone. Se describe a Dioniso como femenino o «masculino-femenino».
El nombre Dionysos es de significado incierto. Su elemento -nysos bien puede ser de origen extraheleno, pero dio- ha sido relacionado desde antiguo con Zeus (genitivo Dios). Para los autores griegos, Nisa era una ninfa que lo crio, o la montaña donde era atendido por varias ninfas (las Nisíades), que lo alimentaron y lo hicieron inmortal por orden de Hermes.
El séquito de Dioniso era llamado el tíaso, y estaba formado principalmente por ménades (sus compañeras de orgía).
Otro mito dionisíaco aparece en el credo del orfismo, donde los antiguos Titanes matan al pequeño dios Dioniso, hijo de Zeus y Perséfone, luego de atraerlo con brillantes juguetes hacia una trampa, después es descuartizado, cocido y devorado. Entonces, Zeus castiga y fulmina con su rayo a los Titanes (pero como el corazón de Dioniso no fue devorado, del corazón resucita el hijo de Zeus). De las cenizas de los Titanes y la tierra surgen los seres humanos, que poseen un componente titánico y otro dionísíaco, al nacer con algo de la antigua culpa de la muerte del dios Dioniso, por lo que deben purificarse al evitar el derramamiento de sangre de hombres y animales, de este modo, al final de la existencia, su alma es liberada del cuerpo (casi tumba y cárcel), para reintegrarse al mundo divino de donde procede.
Cortesía del Escritor y dramaturgo del blog
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