China Shih nació en la provincia de Guangdong, en 1775, y fue forzada a trabajar como prostituta en un burdel de Cantón cuando se casó con Cheng I, un temible pirata que operaba en el Mar de China Meridional durante la dinastía Qing.
Aunque el nombre con el que ahora la conocemos, Ching Shih, simplemente significa "viuda de Cheng", el legado que dejó tras de sí superó con creces al de su marido. Tras su muerte, lo sucedió y comandó más de 1.800 barcos piratas y unestimó 80.000 hombres.
Ching Shi comenzó a consolidar su posición como jefa de la coalición pirata. Pudo, gracias a su perspicacia política y su fuerza de voluntad, dominar a todas las flotas piratas de su marido y controlar las rutas comerciales y los derechos de pesca a lo largo de las costas de Guangdong, China y Vietnam.
En 1806, la dinastía Qing decidió hacer algo con Ching Shi y su imperio pirata. Enviaron una armada para luchar contra los piratas, pero los barcos de Ching Shi hundieron rápidamente 63 de los barcos navales del gobierno, enviando al resto a empacar. Tanto Gran Bretaña como Portugal se negaron a intervenir directamente contra "El terror de los mares del sur de China". Ching Shi había humillado a las armadas de tres potencias mundiales.
La vida después de la piratería
Desesperado por poner fin al reinado de Ching Shi, incluso recaudaba impuestos de las aldeas costeras en lugar del gobierno, el emperador Qing decidió en 1810 ofrecerle un acuerdo de amnistía. Ching Shi conservaría su riqueza y una pequeña flota de barcos. De sus decenas de miles de piratas, solo unos 200-300 de los peores infractores fueron castigados por el gobierno, mientras que el resto quedó en libertad. Algunos de los piratas incluso se unieron a la armada Qing, irónicamente, y se convirtieron en cazadores de piratas para el trono.
La propia Ching Shi se retiró y abrió una exitosa casa de apuestas. Murió en 1844 a la respetable edad de 69 años, uno de los pocos señores piratas de la historia que murió de vejez.
Cortesía del Enanito Piernas de mujer
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