La desconcertante “enfermedad de New Brunswick” es un síndrome neurológico con síntomas que van de la confusión mental, insomnio y perdida de la memoria hasta graves afectaciones en la función motora.
En los casos más graves puede provocar la muerte, y un aumento de casos en una región de Canadá levanta sospechas sobre la transmisión entre personas. El padecimiento es tan desconocido para la medicina, que ni siquiera tiene un nombre oficial.
Origen de la enfermedad de New Brunswick.
Todo empezó en marzo de 2021, cuando personal médico de la provincia de New Brunswick, en Canadá, reportó 48 casos. Hasta ese momento se habían contabilizado nueve decesos. Casi un año después, gracias a una investigación de The Guardian, se sabe que los casos ya ascienden a 150. Y la parte más preocupante es que, según una fuente del gobierno de New Brunswick, parece que el síndrome se transmite de un individuo a otro. Es decir: se trata de una enfermedad contagiosa. Aunque también existe la posibilidad de que la cause una toxina o de que ni siquiera exista.
Hasta donde se sabe, los pacientes que cursaron la enfermedad de New Brunswick reportaron espasmos musculares, visión borrosa, alucinaciones, perdida de la memoria, dificultad para caminar, cambios en el comportamiento, pérdida de peso acelerada, dolor en las extremidades y confusión mental. Este cuadro de síntomas parece subyacente a un padecimiento neurológico, de ahí que la principal hipótesis que explica el padecimiento la refiera como enfermedad de New Brunswick.
La hipótesis de los priones.
Al principio culparon a los priones, proteínas con malformaciones que pueden corromper a otras proteínas del organismo al interactuar con ellas. Los priones pueden estar en la carne de res (son responsables de la «enfermedad de las vacas locas») e ingresar al organismo humano cuando se ingiere dicha carne. Pero, la contaminación con priones también puede suceder cuando se usan instrumentos quirúrgicos contaminados y, posiblemente, por inhalación. Cuando los priones llegan al cerebro, pueden surgir lesiones neurológicas de gravedad.
Pero, tras el análisis de ocho cerebros pertenecientes a individuos que murieron por la enfermedad de New Brunswick no se encontró evidencia de lesiones por priones. Para octubre de 2021, un neurólogo de la Universidad de Ottawa señaló que la misteriosa enfermedad ni siquiera existía. Que todos los decesos podían explicarse por enfermedades bien conocidas como el cáncer, Alzheimer, demencia por cuerpos de Lewy, etc. Desafortunadamente, esta hipótesis quedó en el aire y el misterio siguió su curso.
Los casos de contagio.
En el artículo publicado por el diario británico señalan que al menos nueve casos de la enfermedad de New Brunswick se explican por un contagio. El caso más llamativo es el de un varón que desarrolló demencia y problemas de coordinación motora. Poco después, su esposa manifestó insomnio y perdida de masa muscular hasta culminar con demencia y alucinaciones.
Otro caso interesante es el de una treintañera a la que la enfermedad dejó en un estado semi-vegetativo. Su enfermera, una mujer saludable de 24 años, empezó a manifestar síntomas de declive cognitivo. También esta el reporte de una mujer que perdió, en cuestión de semanas, alrededor de 30 kilogramos y pasó a experimentar alucinaciones e insomnio. Tras un examen de neuroimagen, los médicos detectaron un grave daño cerebral.
Según la información divulgada por The Guardian, las autoridades de New Brunswick decidieron manifestarse (de forma anónima) por no coincidir con la versión que maneja el gobierno federal, donde el asunto se ha minimizado. En documentos obtenidos por el diario, el gobierno canadiense estaría manejando la hipótesis de un envenenamiento por beta-metilamino-L-alanina (BMAA), una toxina encontrada en langostas de la zona que las víctimas pudieron ingerir.
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