La Secta de los estranguladores adoradores de Kali, es interesante hablar de ellos.
Fue una de las organizaciones secretas criminales más mortíferas de la historia. Con un origen diluido entre la bruma, los thugs o Estranguladores, los Adoradores de Kali, acababan con la vida de sus víctimas para ofrecerlas en sacrificio a la Diosa de la Destrucción, en medio de rituales de fuerte simbolismo. Los adoradores de Kali tomarían la forma de una sanguinaria sociedad secreta que sería conocida como Thugs o los Estranguladores.
La misma palabra, en hindi, significa “ladrón”, aunque en sánscrito alude a “ocultación”, lo que nos da una idea del sentido de dicha hermandad: una banda organizada de delincuentes cuyos miembros vivían diseminados por distintos territorios de la India y trabajaban coordinados de manera soterrada. Robaban, torturaban y asesinaban siendo una de las organizaciones criminales más temidas de Oriente entonces. Sin embargo, lejos de lo que uno pueda creer, sus miembros no actuaban movidos únicamente por la codicia o el afán de enriquecimiento como las mafias modernas, puesto que sus miembros estaban profundamente impregnados de un fuerte sentimiento religioso.
Los thugs eran conocidos entre los hindúes y los viajeros que frecuentaban la Ruta de la Seda por sus tétricas ceremonias en honor a la diosa Kali, consagrando a aquella a la que guardaban devoción algunos de los bienes robados a sus desdichadas víctimas.
Aunque todo indica que tan temida organización acabó por desaparecer a comienzos del siglo pasado, se les atribuyen miles de muertes. Sus crímenes estaban rodeados de una aureola mística: asesinaban con el rhumal o pañuelo, cuyo origen se halla en la mitología hindú, y sus víctimas eran ofrecidas como sacrificio para calmar la ira de Kali, según la creencia, al menos mil años.
A comienzos del siglo XIX, ante la amenaza que suponían, fueron acorralados por las autoridades británicas, comandadas por el oficial sir William Henry Sleeman, destinado en Bengala, cayendo, entre otros, el último gran líder de la secta, Thug Behran. Finalmente, sufrirían la misma suerte de sus millares de víctimas: serían ahorcados.
Cortesía de Escoria Rata de 2 Patas
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