lunes, 20 de septiembre de 2021

LOS GATOS DE LENINGRADO.



Durante la Segunda Guerra Mundial o Gran Guerra Patria, como se conoce en Rusia, la ciudad de Leningrado, hoy San Petersburgo, estuvo asediada entre el 8 de septiembre de 1941 y el 27 enero de 1944, lo que suponen 2 años, 4 meses y 19 días. El más largo de toda la guerra.

En ese periodo la ciudad sufrió el hambre de tal modo que se dieron hasta casos de canibalismo. En ese periodo murieron en la ciudad cerca de 600.000 personas. El hambre se cobró, que en los momentos más duros del asedio, 10.000 vidas humanas al día.

Cuando comenzó el asedio la población no estaba dispuesta a comerse a los gatos, pero según pasaban los meses y el hambre se hacía más atroz, se comenzaren a cazar los gatos. Finalmente los felinos desaparecieron de la ciudad.

La adolescente de Leningrado, de 16 años, Lena Mujina escribió en su diario: "Tengo un hambre atroz, siento un vacío horrible en el estómago. Qué ganas tengo de comer pan, qué ganas. Escribo con el abrigo puesto, a la luz de un cabo de vela, mordisqueo las migas de pan para prolongar el placer. Nunca pensé que la carne de gato sería tan sabrosa, tan tierna. El gato dió para comer diez días".

En ausencia de los gatos la ciudad se llenó de ratas. Según se cuenta, las hordas de roedores bloqueaban el paso de los tranvías cuando estas cruzaban la calle y se comieron o echaron a perder el grano que se encontraba en el molino donde se molía la harina para toda la ciudad. Atacaban a las personas mientras dormían mordisqueándoles la cara y hasta arrancando parte de la carne. Tambien causaron importantes destrozos en obras de arte del museo del Hermitage. Sin olvidar los tremendos problemas de salubridad que provocan las ratas. Al igual que con los gatos, las ratas eran cazadas, pero era imposible acabar con ellas.

Poco después de que el Ejército Rojo lograba romper el sitio de la ciudad, para salvar a Leningrado de los voraces roedores, llegaron a la ciudad varios camiones con gatos procedentes de la región de Yaroslavl. Pero los felinos son atrapados instantáneamente por los hambrientos leningradenses. En enero de 1944, por un gato se llegaba a apagar 500 rublos, mientras que un kilogramo de pan costaba 50 rublos.

Cuando la situación en la ciudad se estabilizó se produjo un nuevo envío de gatos, esta vez de Siberia, específicamente para proteger las valiosas obras de arte del Hermitage y otros palacios y museos.

El invierno de 1944, se comenzó a recoger gatos en Tyumen y en solo dos semanas se recogieron más de 200 gatos, el primero fue el gato Amur. En Siberia se reunieron unos 5.000 felinos. De este modo los gatos siberianos rescataron el Hermitage y aun en la actualidad el museo tiene varios descendientes de estos gatos para combatir a las ratas y los ratones. Son los los Hermiki. Cada año se celebra una fiesta en la que nuestros amigos gatunos son los protagonistas........

Cortesía de la Novia de Rick, osea Doña Cocodrila




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