La misokinesia es un trastorno psicológico caracterizado por una fuerte aversión a movimientos pequeños y repetitivos de otras personas. Aunque no representa riesgo alguno de salud pública, es tan común que una de cada tres personas lo padece.
Si estás en público y al observar a otro individuo ejecutando un movimiento repetitivo sientes molestia o irritación, probablemente sufres misokinesia.
El significado literal del término que define a este trastorno es «odio a los movimientos». Pese a que la psicología la ha estudiado muy poco, es una condición extremadamente común. En un estudio publicado a finales de agosto en el periódico especializado Scientific Reports, señalan que una tercera parte de la población padece misokinesia.
La investigación.
El líder de esta investigación es Todd Handy, científico de la Universidad de Columbia Británic (UBC), en Canadá. Handy estaba en medio de una cita amorosa cuando la cortejada comentó que su nerviosismo le producía mucho estrés. En ese momento, el neurólogo cognitivo se interesó por el fenómeno y decidió averiguar su origen y prevalencia entre la población.
Handy contó con la participación de Andreas De Bleser, de la Universidad de Gante, en Bélgica, y una colega investigadora de la UBC llamada Sumeet Jaswal. El estudio contó con la colaboración de más de 4,000 voluntarios, que se involucraron en una serie de experimentos desarrollados por los investigadores.
Tras seleccionar a voluntarios que experimentaban sensibilidad frente a la visión de personas inquietas, los investigadores evaluaron el impacto socioemocional que produce la misokinesia. Y como se sospechaba desde el principio, la condición va mucho más allá de una simple aversión a los movimientos de otras personas.
Las personas con un alto nivel de misokinesia pueden sentir ansiedad, frustración e ira. Y en los casos más graves la condición repercute negativamente en las relaciones sociales.
¿Cuál es el origen de la misokinesia?
Desafortunadamente, el equipo no logró dilucidar el origen del problema. La hipótesis formulada en el estudio es que la misokinesia se activa a partir de una extrema sensibilidad visual. Bajo este argumento, suponen que los individuos no pueden bloquear los eventos de distracción en su entorno.
Se concentran tanto en los movimientos repetitivos de otros, que eso ocupa toda su atención y termina provocando incomodidad. Desafortunadamente, la investigación no llegó a una conclusión definitiva. Otra suposición es que la misokinesia está vinculada con las llamadas neuronas espejo.
¿El sonido de una persona comiendo te resulta molesto?, esa sensación de repulsión también está vinculada con estas células. Lo mismo que la empatía que sientes cuando ves a una persona caerse y experimentar dolor. Básicamente, las neuronas espejo se activan cuando otro ser vivo realiza un movimiento. Al pensar en los movimientos repetitivos, la mayoría los asocia con nerviosismo o ansiedad. Y para quien padece misokinesia, el simple hecho de observar a otra persona inquieta le produce la misma sensación gracias a estas células.
Obviamente, la información sobre el tema aún está en pañales. Por ahora, el equipo de investigación puso en línea un sitio donde comparten información sobre el trastorno. Allí, cualquier voluntario del planeta dispone de una encuesta para colaborar con la investigación.
Cortesia del Ojos de Sapo braguetero
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