La escalera al paraíso o Ha‘ikū en Kaneohe, Hawái, es motivo de preocupación para el gobierno local. Tras un inesperado aumento en la popularidad de este sitio gracias a las redes sociales, cada vez son más frecuentes los actos de vandalismo.
Dicho de otra forma, un montón de turistas están poniendo en riesgo su integridad por montarse en el hype. Desafortunadamente, todo parece indicar que las escaleras terminarán en el infierno.
Las escaleras Ha‘ikū se construyeron durante la Segunda Guerra Mundial y poseen casi 4,000 peldaños. Es una obra que la Marina de los Estados Unidos desarrolló para moverse por las montañas durante la construcción de la estación de radio Haʻikū. Este último fue un proyecto confidencial empleado para enviar señales de radio a las embarcaciones militares desplegadas en el Pacífico.
Originalmente la escalera era de madera, pero en la década de 1950, la Guardia Costera la reconstruyó con metal. Dos décadas después, la instalación quedó abierta al público. Para 1987, el acceso volvió a restringirse a causa del vandalismo y las preocupaciones sobre la seguridad de los usuarios. En 2002, Honolulu invirtió casi 1 millón de dólares en la rehabilitación de las escaleras para los visitantes.
Pese a la inversión, la ciudad nunca la abrió al público. Sin embargo, los aventureros siguen escalando sin autorización pese a que las multas para infractores alcanzan hasta los 1,000 dólares. Cada año, las escaleras al paraíso reciben un promedio de 4,000 visitantes que arriesgan su integridad física para publicar una selfie en las redes sociales. Tras la aparición de este secreto hawaiano en la serie de televisión Magnum, P.I., todavía más turistas empezaron a irrumpir en las escaleras.
Destrucción de las escaleras Ha‘ikū.
La explosión de popularidad provocó que la asamblea municipal de Honolulu decretara una resolución para retirar las escaleras Ha‘ikū y cualquier otra estructura añadida. El objetivo es “evitar que las personas traspasen el lugar, reducir las afectaciones a las comunidades locales, incrementar la seguridad pública, prevenir potenciales responsabilidades para la ciudad y proteger el ambiente”.
“A causa del incremento en los accesos ilegales, las escaleras Ha‘ikū son una responsabilidad significativa para la ciudad y afectan la calidad de vida de los residentes próximos”, señaló Ester Kiaaina, diputada municipal. Sin embargo, dicha acción ya se tenía prevista desde hacía tiempo. En 2019, el organismo encargado de suministrar agua a Honolulu, que administra la escalera, emitió un comunicado para deslindarse de cualquier responsabilidad por costos de seguridad y vigilancia a esta atracción turística.
En 2016, las mismas personas que irrumpen en el sitio instalaron un columpio en la cima de las escaleras. Poco después, en Internet aparecieron varios videos de individuos columpiándose en la estructura. Tan solo en mayo del presente año, la policía remitió a 93 infractores en un periodo de 10 días. Entre agosto de 2017 y marzo de 2020, los vigilantes retiraron a más de 11,000 personas que se disponían a ascender por la estructura.
El tema es tan preocupante que la ciudad tiene un presupuesto de 1 millón de dólares para retirar definitivamente la escalera. Sin embargo, la última palabra es de Rick Blangiardi, el alcalde de la ciudad.
Cortesia de Doña Naturella
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