Al principio, cuando la COVID-19 parecía una enfermedad tan lejana como Wuhan, las redes sociales se llenaron de calurosos debates sobre el tema. Por un lado estaban los negacionistas, y por el otro los que pedían tomar precauciones para evitar los contagios. Ha pasado más de un año en el que murieron millones de personas y se infectaron muchas más alrededor del mundo.
Desafortunadamente, estas cifras no dejan de crecer. Y ante la urgencia de frenar la dispersión del letal virus, laboratorios del mundo entero se han esforzado por desarrollar una vacuna eficaz contra la COVID-19. En tiempo récord se ofrecieron resultados, y desde finales de 2020 algunos países empezaron a vacunar a su población.
Sin embargo, a pesar de todos los estragos que causó la pandemia, existen personas que siguen subestimando al nuevo coronavirus. Trágicamente, algunos de esos negacionistas han aprendido de la peor forma que la COVID-19 no es una “simple gripe”, sino un virus peligroso que puso en jaque a la humanidad. A continuación, te mostramos los desafortunados casos de algunos negacionistas que terminaron muriendo por culpa del coronavirus.
John W. McDaniel.
John W. McDaniel, residente de Ohio, en Estados Unidos, publicó en su perfil de Facebook que el coronavirus no era más que un “invento del gobierno”. Además, advirtió a sus contactos que no tomaría ninguna medida de seguridad y seguiría con su vida normal. Cinco semanas después, el hombre de 60 años moría a causa de la enfermedad.
Desde mediados de marzo de 2020, McDaniel evitó todas las medidas de seguridad recomendadas por el gobierno del estado. “Es una tontería. No tiene autoridad para hacerlo. Aquellos que tenga miedo de enfermarse, que se queden en casa. Pero nosotros, que no lo tenemos, tenemos derecho a vivir la vida. Esta locura debe acabar”, escribió en su Facebook visiblemente molesto por las indicaciones del gobernador de Ohio.
Dos semanas después de esa publicación, a McDaniel le diagnosticaron la enfermedad tras experimentar los síntomas. Demoró aproximadamente 15 días en perder la batalla.
Dmitriy Stuzhuk.
Uno de los casos más mediáticos fue el de Dmitriy Stuzhuk, un entrenador fitness de Ucrania que no tenía reparo en argumentar que la COVID-19 era un invento. Finalmente, se convirtió en una víctima mortal más de la enfermedad. Tras infectarse con el virus, Dmitriy murió a los 33 años de edad. Pero, antes de partir tuvo tiempo para rectificar: “yo era de los que no creía en la existencia de la COVID-19… hasta que enfermé”, publicó en su Instagram.
Experimentó los primeros síntomas mientras estaba de viaje en Turquía. Empezó con dificultad para respirar y al poco tiempo manifestó episodios de tos persistente, los síntomas típicos de esta enfermedad. El cuadro clínico de Dmitriy siguió empeorando hasta que se hizo una prueba para confirmar que estaba infectado.
Sofia Stuzhuk, su exesposa, divulgaría la noticia de su muerte a través de una publicación en redes sociales. “Por lo que me resta de vida, estaré agradecida por nuestros tres hijos maravillosos”, escribió.
Pierre Nkurunziza.
Nkurunziza fungió como mandatario de una pequeña nación africana llamada Burundi. No sólo negaba la existencia del virus, sino que minimizó los peligros de la crisis sanitaria en su país. De hecho, llegó a declarar que “Dios barrió el coronavirus de los cielos de Burundi”.
Su negativa ante la enfermedad era tan reacia, que Pierre Nkurunziza llegó a expulsar al representante de la OMS en su país. Irónicamente, terminó enfermando de COVID-19 y no logró superar la mortal enfermedad. Tenía tan sólo 55 años de edad.
Erin Hitchens.
Al inicio de la pandemia, esta pastora estadounidense de 46 años aseguró que el virus no pasaba de una “vil farsa”. Y se convirtió en otra víctima del negacionismo al morir por problemas cardíacos generados tras enfermar de COVID-19.
Hitchens presentó los primeros síntomas en abril de 2020 y en poco tiempo su cuadro clínico empeoró. De hecho, la mantuvieron meses en la Unidad de Cuidados Intensivos completamente sedada e intubada. Para su mala suerte, el tratamiento no resultó efectivo y su salud empeoró hasta la muerte.
Junto a su esposo, Brian Lee Hitchen que también enfermó de COVID-19, no creían en la enfermedad y consideraban que se trataba de una maniobra del gobierno. Por eso, jamás tomaron las medidas necesarias. Durante una entrevista, Brian confesó que le hubiera gustado creer desde el principio y en ese momento pidió perdón a su esposa.
Garry Matthews.
Matthews vivía en la ciudad de Shrewsbury, en Inglaterra, donde negaba vehementemente la existencia de la enfermedad. Murió una semana después que le diagnosticaron la COVID-19. Sin embargo, este sujeto de 46 años se desempeñó como un activista negacionista en redes sociales.
Desde su perspectiva, el nuevo coronavirus no era más que un invento del gobierno. De hecho, Matthews siempre se rehusó a llevar cubrebocas y celebraba reuniones frecuentes con otros negacionistas para discutir el curso de acción del “movimiento”.
John Magufuli.
John Magufuli era presidente de Tanzania y, hasta su último aliento, se dedicó a minimizar la gravedad de la enfermedad en el mundo entero. De hecho, ordenó que se detuviera el envío de las cifras oficiales de contagio a la OMS y señaló que los tanzanos estaban “protegidos por Dios”.
Mientras la mayoría de gobiernos alrededor del mundo se esforzaban por implementar medidas sanitarias, Magufuli desestimó todas las recomendaciones de la OMS. Ni siquiera atendió el llamado al distanciamiento social o el uso de cubrebocas. Finalmente, el virus alcanzó a Magufuli, de 61 años de edad, y lo mató.
Eso sí, el presidente de Tanzania se fue de este mundo negando los efectos del nuevo coronavirus. La información oficial divulgada por el gobierno es que murió a causa de “problemas cardíacos”.
La Jefa de Barras de Praderas.
José Luis Espinosa, mejor conocido como “La Jefa”, murió a causa de COVID-19. Este hombre se popularizó en redes sociales tras su aparición en Barras Praderas, un gimnasio dirigido por Paul Villafuerte.
Al comienzo de la pandemia y cuando se pedía a los ciudadanos quedarse en casa, Espinosa apareció en un video burlándose de la emergencia sanitaria, al grado de calificar de “mentira” la presencia del nuevo coronavirus en México. Eventualmente enfermó y pasó varias semanas luchando contra la enfermedad, hasta su muerte en septiembre de 2020.
Nota Cortesia de Marcia guanga covidtiosa
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