Estas hermanas salían cada día a pasear por las calles de Santiago, España, siempre a las dos en punto, con una ropa y un maquillaje extravagante. Todavía hay mucha gente en la ciudad que recuerda a las inseparables hermanas Coralia y Maruxa, más conocidas como Las Marías.
Una estatua les rinde homenaje en la entrada del parque de la Alameda.
Durante la Guerra Civil española asesinaron a uno de sus hermanos. La pesadilla para las hermanas comenzó cuando los falangistas llegaban por la noche a su casa para interrogarlas sobre donde estaban sus otros hermanos.
Registraban y desbarataban la vivienda, las desnudaban en la vía pública para humillarlas y las subían al monte Pedroso de Santiago, algunos cuentan que para violarlas.
Con poco más 20 años y sin haberse metido con nadie, la vida de Las Marías se convierte en un mal sueño hasta mediados de los años 40.
Los malos tratos continuados fueron la causa de la locura que ambas sufrieron, porque "antes no eran así". Finalmente los hermanos huidos fueron arrestados y cesó la presión sobre las Fandiño.
Las hermanas dejaron de trabajar como costureras, oficio que venían desempeñando junto a su madre. Vivían en parte gracias a la caridad de los vecinos. No les ayudaban de forma directa, porque quienes las conocían sabían que no aceptarían una limosna, sino que les dejaban de forma anónima pequeñas cantidades de dinero en distintos comercios, en los que después ellas compraban.
La solidaridad de los vecinos se puso a prueba a principios de los 60, cuando un temporal tiró abajo el tejado de la casa de las Fandiño. Enseguida se organizó una gran colecta entre los vecinos de Santiago y llegaron a pagar su casa.
Las Marías nunca pasaron desapercibidas, no sólo por su llamativa vestimenta y sus rostros maquillados con polvos de arroz, sino por su actitud. Ellas piropeaban a los hombres algo que, por supuesto, no se le ocurría a ninguna otra mujer.
Mucha gente que se sentía ahogada por el régimen y que no se rebelaba por temor a represalias, veían en Las Marías ese grito de libertad.
Cortesía de MONA CUERPODEPERRAPARADA
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