La decisión del gobierno estatal de cerrar los sábados y domingos los establecimientos comerciales, incluyendo negocios esenciales como los supermercados, entre el 5 y el 21 de diciembre, provocó largas filas de personas que acudieron a surtir su despensa.
Las filas de más de 50 metros para entrar a supermercados del área metropolitana se observaron desde las primeras horas y en la tarde-noche, ya que varios intentaron hacer sus compras antes de acudir a sus centros de trabajo o al terminar sus jornadas laborales, toda vez que el anuncio los tomó por sorpresa.
El pasado jueves, el secretario estatal de Salud, Manuel de la O Cavazos, anunció que todos los giros comerciales deberán cerrar los siguientes tres sábados y domingos y solamente abrirán las tiendas que venden productos esenciales, pero con restricciones de aforo y horario.
De acuerdo con las especificaciones, los únicos negocios que podrán operar serán las farmacias, tiendas de conveniencia y abarrotes, servicios médicos y funerarios, de seguridad privada, estaciones de combustible y bancos, mientras que los restaurantes sólo podrán ofrecer servicio a domicilio.
Tanto en centros comerciales como en tiendas de autoservicio las personas hicieron largas filas de hasta dos horas de espera para ingresar, con la idea de que el fin de semana no encontrarían nada abierto.
La Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de Monterrey calificó el cierre de establecimientos como "ilógico y unilateral" y estimó que no abrir locales como mueblerías, tiendas de ropa, electrodomésticos, supermercados y de otros giros provocará pérdidas estimadas en 7 mil millones de pesos, por lo que llamó a las autoridades a reconsiderar la medida.
El organismo propuso reducir el aforo a 30% o 20%, en lugar de decretar un cierre por días completos el fin de semana.
"El impacto negativo de estas medidas será sin duda de gran magnitud para nuestros sectores y para la economía del estado, pues es de todos conocido que la temporada navideña representa la época más alta de ventas del comercio", señaló.
Ante los cuestionamientos, el gobernador Jaime Rodríguez aseguró que no entendía su inconformidad, "si les ha ido muy bien con nosotros".
Les pidió aguantar y advirtió que, de no cerrar dos días, se tendría que cerrar toda la semana, ya que seguirían aumentando los contagios y las defunciones, y ejemplificó que tan sólo ayer se registraron 871 nuevos casos, cifra récord desde que inició la pandemia.
La decisión del Consejo Estatal de Seguridad en Salud se tomó a raíz de que durante los últimos siete días se rebasó la cifra de 700 contagios por día.
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