En el folclore de todas las culturas alrededor del mundo se encuentran presagios de desastres venideros. Por ejemplo, en Occidente se cree que cruzarse con un gato negro es un presagio de mala suerte, desgracia o fatalidad. Para los chinos, el número cuatro atrae mala fortuna pues su pronunciación es similar a “muerte”. Los mexicanos creen que una mariposa negra en el hogar advierte la llegada de la muerte para un enfermo.
¿Ves por dónde vamos? La muerte nos resulta tan enigmática y fascinante que buscamos descifrarla hasta en los más mínimos detalles. Por eso, hoy te presentamos cinco casos de entes paranormales que presagiaron grandes desastres.
El Nain Rouge de Detroit.
En la ciudad de Detroit existe una vieja leyenda sobre un ser que presagia las desgracias. A este portador de malas noticias se le conoce como Nain Rouge (“Enano Rojo”, en francés). En un libro de 1883 lo describen como un ente “muy rojo, de ojos brillantes y relucientes. Con una boca sonriente de la que se asoman dientes afilados y puntiagudos”.
El Nain Rouge tendría la capacidad de predecir eventos futuros, por lo que sus apariciones se han vinculado a las catástrofes en la ciudad de Detroit. Los orígenes de este personaje se remontan a 1701, año en que Antoine de Lamothe-Cadillac fundó Detroit.
En la leyenda original se dice que un adivino advirtió al francés que tuviera más cuidado con su fortuna. Pues cuando tuviera que enfrentar al Nain Rouge caería en la ruina. Varios años después, Cadillac regresaba a casa para celebrar un May Day en compañía de su esposa. En el camino se encontró con el enano que predijo el adivino.
El francés arrogante se enojó muchísimo y golpeó con su bastón al Nain Rouge. “¡Sal de mi camino, diablillo rojo!”, le habría gritado tras aporrearlo. En respuesta, el ente sobrenatural maldijo al iracundo francés y a la ciudad que fundó. En cuestión de meses la reputación de Antoine se vino abajo, y el destino de Detroit quedó marcado por las palabras del enano rojo.
La leyenda dice que, en 1763, justo antes de la Batalla de Bloody Run, varios habitantes de la ciudad vieron al pícaro de dientes afilados merodeando. En ese trágico evento muchos soldados perdieron la vida tras una fallida emboscada contra el jefe Pontiac. Los relatos también ubican al Nain Rouge antes del Gran Incendio de 1805. Un desastre en el que más de 200 edificios quedaron reducidos a cenizas.
Mothman.
Estados Unidos posee una larga historia sobre avistamientos de seres humanoides alados. Sin embargo, los sucesos del 15 de noviembre de 1966 pasaron de lo anecdótico a lo siniestro en un abrir y cerrar de ojos. Aquella noche, dos parejas de Point Pleasant, en West Virginia, recorrían las inmediaciones de la zona TNT. Un área apodada así por la fabricación de armas durante la Segunda Guerra Mundial.
Los tortolos estaban estacionados cerca de una antigua planta generadora. De repente, divisaron un “hombre volador” de dos metros de altura, alas de tres metros en la espalda y enormes ojos rojos reflectantes. Según la declaración de los jóvenes, incluso cuando el automóvil alcanzó los 160 km/h, el extraño ser les mantenía el paso.
Tras acudir al departamento local de policía, un oficial los acompañó al lugar para investigar. El agente no localizó rastro alguno del hombre alado. Pero, al ingresar en la zona TNT su radio recibió una extraña transmisión que parecía una “cinta grabada siendo reproducida a alta velocidad”. Un día después los medios locales cubrieron los hechos, y apodaron “Mothman” al extraño ente de Point Pleasant.
Tres días después del incidente en la zona TNT, la policía ya tenía al menos ocho reportes de personas que denunciaron avistamientos similares. Un año después los reportes no dejaban de crecer, y se supo que ocasionalmente Mothman chillaba mientras volaba. Según un reportero de la agencia local de noticias, entre 1955 y 1967 recibieron más de medio millar de llamadas telefónicas vinculadas a este ser.
Muchos de esos avistamientos se concentraron en Silver Bridge, una estructura que conectaba a Point Pleasant con el estado de Ohio. Y estos reportes se intensificaron a principios de diciembre de 1967. No entendían por qué el extraño ser eligió aquel punto en específico para manifestarse. Pero, el 15 de diciembre de ese año, tras el inesperado derrumbe del puente, los lugareños declararon a Mothman como presagio de desastres. El derrumbe del puente se cobró la vida de 46 personas.
En 1975, el investigador John Keel aseguró haber entrevistado a más de un centenar de personas que vieron a Mothman. Supuestamente, muchos de esos relatos coincidían en pesadillas vívidas y extrañas perturbaciones en las líneas telefónicas que ofrecían señales sobre el derrumbe del puente.
“Vi a muchas personas ahogándose en el río y regalos de navidad flotando en el agua”, señaló una testigo. Tras el desastre de Silver Bridge, Mothman dejó de aparecer paulatinamente en la región.
El Hombre de Negro y la inundación en la presa Austin.
El 30 de septiembre de 1911, la presa Austin en Potter County, Pennsylvania, Estados Unidos, sufrió una enorme falla estructural. Al menos 78 personas murieron a causa de la inundación en el valle. Y la fuerza del agua causó una destrucción masiva del área. Curiosamente, existen algunos relatos de que todas esas muertes pudieron evitarse.
La clave estaba en un misterioso personaje que rondaba la estación de ferrocarril meses antes del desastre. Un año después de la tragedia, un periódico local escribió sobre la extraña figura. La publicación señalaba que antes de la inundación, los habitantes sufrían por otros motivos. Circularon diversos rumores sobre la presencia de un “fantasma” en los días previos al desastre. Supuestamente, era un presagio de la inminente inundación.
Dentro y fuera de los vagones del ferrocarril, el fantasma se manifestaba y asustaba a los ferroviarios con extraños y espeluznantes actos. Era un hombre fantasmal muy alto, vestido de negro y que solía aparecer y desaparecer a voluntad. Evidentemente, los ferrocarrileros sentían incomodidad y miedo de que un fantasma rondara sus vagones. Y ninguno intentó correrlo al verlo gatear entre los vagones.
Tras la inundación en enero de 1911, el “hombre de negro” dejó de aparecer en Austin. Por eso, muchos especularon que su presencia estaba relacionada con el desastre.
La explosión en la mina de carbón Morfa de 1890.
La mina de carbón Morfa, en Port Talbot, Gales del Sur, operó desde mediados del siglo XIX hasta el año de 1913. Cerraron el lugar tras un largo historial de accidentes que cobraron la vida de muchas personas. En 1863, más de treinta mineros perdieron la vida tras una explosión. Y la historia se repitió en 1870 con una cifra similar de muertos. Sin embargo, el desastre del 10 de marzo de 1890 atormentó a los habitantes del lugar durante mucho tiempo.
Siempre se rumoró que la mina estaba embrujada. Los obreros solían contar la leyenda de un minero que se subió a un tranvía subterráneo, y tras recorrer una distancia considerable saltó a la oscuridad de la mina. Decían que el personaje murió hacía demasiado tiempo, y lo reconocían como el fantasma de la mina Morfa.
Philip Williams, uno de los mineros que sobrevivieron al desastre de 1890, relató al periódico local su encuentro con un ser vestido con un “impermeable” al interior de la mina. Curiosamente, este personaje lo acompañó mientras subía a la jaula. Otros relatos describen la presencia de un “perro fantasma” rojo, que rondó la mina en los días previos a la explosión. Obviamente, lo señalaron como un “presagió de maldad”.
De la mina de carbón también emanaban ruidos tan extraños, que algunos obreros se negaban a seguir trabajando ante el temor de una catástrofe inminente. La versión oficial es que las detonaciones al interior, realizadas según la normativa vigente en la época, fueron responsables de la explosión.
Independientemente de eso, los sobrevivientes aseguran que presagiaron el desastre. Que fuerzas sobrenaturales invisibles les advirtieron con mucho tiempo de antelación.
El holandés volador.
La leyenda del holandés volador, también conocido como holandés errante, relata la historia de una embarcación maldita. Supuestamente, el navío está condenado a surcar los mares por toda la eternidad, para jamás volver a atracar en un puerto. También se dice que es un presagio de muerte para todo aquel que llega a verlo.
El relato escrito más antiguo sobre el holandés volador aparece en Travels, in various parts of Europe, Asia, and Africa, un libro de 1741 escrito por John MacDonald. Pero, las referencias literarias sobre el barco fantasma continuaron en el siglo XVII y particularmente en el XIX y XX. Los relatos suelen coincidir en que un aura fantasmal rodea al holandés volador. Y en el hecho de que este barco predecía desastres.
Para un marinero no hay nada peor que encontrarse con el holandés volador, pues prácticamente se traduce en una sentencia de muerte. A las 4 a.m. del 11 de julio de 1881, frente las costas de Australia, el príncipe Jorge de Gales (que eventualmente se convertiría en Jorge V del Reino Unido) observó al holandés errante.
Y no se trató de una alucinación, pues otros trece tripulantes del HMS Inconstant dieron fe de la misteriosa aparición. Previo al amanecer, observaron una extraña “luz roja” surgir de las penumbras. En la bitácora del príncipe se detallaba como un enorme barco “apareció repentinamente por babor, donde también el oficial de guardia lo divisó desde el puente de mando”. Tras su paso, los marineros no encontraron rastro alguno de la embarcación, ni en las proximidades ni en el horizonte. La noche era clara y el mar estaba en calma.
Aquel mismo día, a las 10:45 a.m., el primer marinero que informó la presencia del holandés volador murió tras caer del mástil de proa. Como en todas las historias, el avistamiento del barco fantasma presagió la muerte del hombre.
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