lunes, 28 de diciembre de 2020

efectos del racismo en niños

 Desafortunadamente, el racismo es un problema latente en la sociedad moderna. Precisamente este año, los miembros de la comunidad afroestadounidense reavivaron las protestas del movimiento Black Lives Matter. La situación se salió de control después que George Floyd, un ciudadano afroestadounidense, fuera cobardemente asesinado por policías de Minneapolis. A la inconformidad de esta comunidad se unieron diversas figuras públicas.

movimiento contra el racismo(1)

Las protestas llevaron los reflectores a un tema que debe discutirse hasta el cansancio, sobre todo para concientizar a nuestros niños. Uno de los mayores inconvenientes cuando se habla de racismo, es entender que la práctica va mucho más allá de ofensas directas o la segregación de una minoría. El racismo está presente en pequeños detalles de la vida cotidiana.

Y observar casos cotidianos de racismo produce un efecto duradero y cruel, a menudo invisibilizado. Independientemente si la persona es objeto de prejuicios o sólo atestigua casos de violencia contra individuos de la misma raza. En los niños estos efectos se producen en el cerebro, cuerpo y directamente en su salud.

El Center on the Developing Child de la Universidad de Harvard realizó un estudio para demostrar el impacto que produce el racismo estructural en el comportamiento, aprendizaje y la salud (tanto física como mental) infantil. Aunque no lo parezca, estos hábitos se traducen en costos adicionales a la salud pública que ascienden a miles de millones de dólares. Y es que cuando se perpetúan las diferencias raciales, un porcentaje significativo de la población no puede alcanzar su máximo potencial y capacidad productiva.

Aunque el estudio se hizo en los Estados Unidos, los datos estadísticos permiten trazar paralelos entre otras naciones con historial de desigualdad.

Los efectos del racismo en niños.

Los investigadores de Harvard concluyeron que el ciclo vicioso del racismo produce cicatrices permanentes en quien lo sufre.

Estrés tóxico.

Uno de los efectos más evidentes en el cuerpo es un constante estado de alerta. Según los expertos, el racismo y la violencia al interior de la comunidad son “experiencias adversas de la infancia”. La constante repetición de estos eventos obliga al cerebro a mantener un estado de alerta constante. En consecuencia, el cuerpo es víctima de un estrés tóxico.

Enfermedades crónicas.

El segundo efecto tiene que ver con la alta probabilidad de que aparezcan enfermedades crónicas en la comunidad afrodescendiente. De hecho, se sospecha que la exposición a ese estrés tóxico a lo largo de la vida es uno de los factores que explican la tendencia de las personas negras a desarrollar enfermedades crónicas.

efecto del racismo en ninos

Desigualdad.

El tercer efecto se manifiesta en las diferencias en salud y educación. Como la comunidad afrodescendiente posee un menor acceso a servicios públicos de calidad, este fenómeno potencializa otros factores. En el documento publicado por el Center on the Developing Child, advierten lo siguiente.

Las personas de color reciben un tratamiento desigual al acudir a sistemas como el educativo o de salud. Además, gozan de menos acceso a la educación, servicios de salud de calidad, oportunidades económicas y vías para acumular riqueza. Todo esto es un reflejo de la forma en que el racismo estructural en los Estados Unidos merma la salud y desarrollo de los niños de color.

Afecciones en los adultos.

El cuarto y último efecto se puede considerar racismo indirecto, y afecta principalmente a los tutores. El efecto de ese estrés tóxico no se limita a los pequeños. Termina afectando a padres y tutores. Y es allí donde se produce un efecto boomerang, pues vuelve a afectar a los niños indirectamente.

Diversas investigaciones documentaron la forma en que el estrés, producto de la discriminación cotidiana, genera efectos adversos en la salud mental de esos adultos. Padres y tutores temen que los asocien con estereotipos negativos.

Es una situación gravísima, pues precisamente en la infancia los humanos desarrollamos la capacidad de creer en nuestro potencial. Hablando específicamente de la comunidad negra, dicha construcción recibe influencias negativas de los estereotipos racistas que prevalecen en la sociedad estadounidense.

Rompiendo el ciclo del racismo.

“Los avances científicos ofrecen un panorama cada vez más claro de como la adversidad en la vida de los niños de color afecta el desarrollo cerebral y otros sistemas biológicos. Estas perturbaciones en etapas tempranas pueden limitar las oportunidades de esos niños para alcanzar su pleno potencial”, señalan los investigadores de Harvard.

Sin embargo, esto tiene una solución. “Debemos desarrollar nuevas estrategias para erradicar la desigualdad que sistemáticamente amenaza la salud y bienestar de los niños de color y los adultos que cuidan de ellos. Esto implica participar activamente para minimizar los prejuicios en nosotros mismos y en las políticas socioeconómicas”, concluye el estudio.

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