Su trabajo, bajo las sombras del racismo durante años, fue fundamental para lograr la hazaña de poner a un humano en la Luna por primera vez, una historia casi invisible.
Mary Jackson nació en Hampton, Virginia en 1921, en tiempos de la segregación.
Desde una corta edad, demostró gran interés por las Ciencias.
De adolescente, asistió a la Escuela de Capacitación George P. Phenix, que era totalmente para gente de color, graduándose con honores. Luego fue aceptada en la Universidad de Hampton , una universidad privada, también históricamente negra en su ciudad natal. Mary obtuvo una doble licenciatura en matemáticas y ciencias físicas y se graduó en 1942.
Pero por el racismo de la época, encontró solo empleos temporales y trabajos que no coincidían con su formación. Trabajó como maestra, dando clases particulares y hasta de recepcionista, casi durante una década.
Pero en 1951, su vida cambió.
Fue contratada por la NACA, la antecesora de la NASA, para
trabajar como matemática investigadora.
Dos años después, fue parte del proyecto del Túnel de Presión Supersónica.
Por su gran trabajo allí, fue animada por su jefe, Kazimierz Czarnecki, para cursar un posgrado en Matemáticas y Física para ser nombrada Ingeniera, pero esos cursos sólo estaban dirigidos a gente blanca.
Pero luego de mucho luchar, hasta llegar a los Tribunales, Mary consiguió ser aceptada, y en 1958 se convirtió en la primera ingeniera aeroespacial Afroamericana de la NASA.
En los años 60', formó parte del equipo que calculó las trayectorias de vuelo para el proyecto Apolo, y fue autora o co-autora de más de 12 estudios técnicos.
Luego de más de veinte años, comprendió que su techo en la NASA había llegado.
Dejó así su puesto y se convirtió en administradora en el campo de Especialista en Igualdad de Oportunidades, donde promovió las trayectorias profesionales de las Mujeres Afroamericanas, en puestos de ciencias, ingeniería y matemáticas en la NASA, rompiendo barreras y abriendo caminos, hasta su retiro en 1985.
Partió en 2005.
En reconocimiento a su lucha por la inclusión, su trayectoria, su Valentía y su legado, la sede en Washington a partir de ahora llevará su nombre.
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