Hoy te presentamos una pequeña colección de relatos cortos de terror que servirán de combustible para tus pesadillas. Estas “historias de bolsillo” describen situaciones cotidianas que terminan con una siniestra vuelta de tuerca. Inocentemente nos hemos convencido de que las peores torturas y monstruos habitan en otros mundos, pero la realidad es que están más cerca de lo que imaginamos.
No odio a mi hermana.
Por todas las cosas que he hecho a Gabriela, la mayoría de las personas dirán que odio a mi pequeña hermana. Por eso, hoy vengo a aclarar las cosas. No dejé que el gato de Gabriela escapara por la puerta trasera porque la odio. Bigotes está bien. Ha recibido sus raciones mientras lo oculto detrás del cobertizo.
No tiré los medicamentos de Gabriela antes de que los tomara porque la odio. Me preocupé mucho cuando creí que el baño se obstruiría. Tampoco borré su ensayo de biología porque la odio. De cualquier forma, pudo ver a esa linda bibliotecaria de la que está tan enamorada.
No desconecté su teléfono celular antes que saliera de casa porque la odio. Lo hice para que mamá y papá no pudieran llamarla.
No usé el enchufe descompuesto de la sala porque odio a Gabriela.
Realmente no odio a mi hermana. El fuego no mató a Gabriela. Porque Gabriela no tuvo que regresar por Bigotes. Gabriela tampoco estaba durmiendo por el efecto de sus medicamentos. Gabriela estaba en la biblioteca, haciendo su ensayo.
No dejé morir a papá y mamá porque odio a mi pequeña hermana. Lo hice para que ella no terminara como yo, sepultada en el jardín. propheticdreamstrash
La sudadera de mi esposo.
Me encanta robar las sudaderas a mi esposo. Bueno, no sólo las sudaderas. También adoro tomar sus suéteres y camisetas. A él le encanta verme con su ropa tanto como yo disfruto vistiéndola. Soy pequeña y delgada, apenas alcanzó el metro y medio de estatura por lo que usar esa sudadera para una persona de 1.90 metros es como estar envuelta en una sábana.
Entre todas sus sudaderas mi favorita es una gris oscuro que tiene el emblema de su antigua universidad al frente, descolorido y agrietado por todos esos años de uso. Esa es una de las que más me gusta vestir, y probablemente la razón de que lo ame tanto. Siempre huele a esa colonia con toques de madera y, a últimas fechas, al incienso que prende cada vez que entra a ese recinto donde pasa todo el día.
Sin embargo, hay algo raro con mi sudadera favorita. El otro día mi esposo la lavó, por lo que quedó suave y con el típico olor a detergente. Pero, hay otro olor presente. Un olor que no es de mi agrado.
Este olor me recuerda a esas veces que caía sobre el pavimento y terminaba raspándome las palmas de las manos. También se parece mucho al olor que percibo cuando limpio algunas de mis joyas antiguas. No, asemeja más a esas veces que sostuve monedas entre mis manos sudorosas mientras caminaba a la tienda.
El color también ha cambiado. Es tan sutil que casi no me doy cuenta, pero en los extremos de las mangas está más oscura, un marrón oxidado en lugar del gris oscuro. También encontré algunas manchas del del mismo color dispersas en la parte frontal de la sudadera.
No sé qué le sucedió a mí sudadera favorita. Tampoco sé porque mi esposo ya no me deja bajar a su recinto, ni siquiera para que rellene el frigobar con cerveza. Tampoco entiendo porque empezó escuchar fútbol a todo volumen cuando está perfectamente bien de los oídos. Y no me explico por qué insiste en ir solo al supermercado, y todo para regresar con un montón de productos de limpieza que ni siquiera ocupamos.
Y siendo honesta, a juzgar por la forma en que me está viendo ahora que llevo su sudadera, no creo que quiera saberlo. blushingvulcan
La elección.
Mamá y papá están llorando. Ambos dicen que no pasa nada, no tiene importancia a quien elija, comprenden que es una decisión muy difícil. Papá dice que debería ir con él, que las cosas serán mucho más fáciles.
Mamá lo interrumpe e insiste en que debería elegirla a ella, que está bien si la elijo a ella.
Papá se defiende diciendo que será menos doloroso si voy con él. Mamá dice que es mentira, que debería elegirla a ella.
Ambos afirman que me aman y no pasa nada, que puedo ir con quien yo quiera, que todo estará bien y no por eso me dejarán de querer.
El aterrador hombre enmascarado dice que no le importa al que elija, pero que lo haga ya. Dice que tengo que elegir, o terminará matando a ambos. mellowyellowsun
Montaña rusa.
“¡Mamá, no me gusta! ¡Quiero bajar!”
Me tomó por sorpresa. Siempre fue muy valiente. Yo estaba mucho más aterrada que él cuando subimos. Jamás me ha gustado estar tan arriba del suelo. “¡Será muy divertido!”, dijo cuando entrábamos al estacionamiento. Tenía la esperanza de que él me diera fuerza y valor.
“Oh mi cielo, lo siento, pero ya no podemos bajar, el viaje ha comenzado. Pero, ¿recuerdas esa pequeña montaña rusa del parque de diversiones al que fuimos cuando eras pequeño? ¿La del payaso divertido? Es igual, sólo que más grande. ¿Recuerdas lo impresionante que fue aquella vez?”.
Mi hijo me observó con los ojos llenos de lágrimas. Por Dios. Estaba tan emocionado por esto. Intenté contener mis propios nervios y seguir hablando para tranquilizarlo. Mi voz temblaba un poco, pero me las arreglé para sonreír.
“Tranquilo, está bien. Tal vez te sientas un poco raro del estómago. Es por la velocidad y los cambios de fuerza que te empujan. Es completamente normal. Escucha, ¿oyes? Otras personas también tienen miedo”.
Me observó con esos delicados ojos azules y asintió. Quería abrazarlo, pero mi espalda estaba tan presionada contra ese asiento que apenas y podía moverme. Mis ojos captaron el ascenso del sol sobre la cabeza de mi hijo. El cielo estaba tan claro. Intenté ignorar ese sonido metálico y la gente gritando en algún lugar que parecía muy distante. Como extrañaba estar en tierra firme.
Entonces, experimenté un gran vacío en el estómago. Aceleraba cada vez más. Mi hijo empezó a llorar y apreté mi mano sobre la suya. Pensé que algún día se convertiría en un hombre muy guapo. Terminaría construyendo una buena vida al lado de una buena mujer, o un buen hombre, ¿quién sabe? No me importaba mientras él fuera feliz. Era todo lo que pedía. Que fuera feliz y no viviera con miedo.
“Oye, ¿sabes una cosa? Cierra tus ojos. Esto terminará muy pronto. Aquí estoy contigo. No te dejaré ir”.
Alguien detrás de nosotros empezó a gritar. Sentí que mi sangre se helaba. Traté de concentrarme en lo único que me importaba: la mano de mi pequeño y mi voz calmada que seguía diciéndole que todo estaría bien.
Oh, algún día se convertirá en un hombre tan guapo. Pero en este momento sólo es un niño de 6 años en su primer vuelo, viajando para visitar a sus abuelos al otro lado del país.
Lo último que vi antes de cerrar los ojos fue el segundo motor en llamas. byu/myymyy
Mi esposo me engaña.
Sé perfectamente cuando mi esposo me es infiel. Es divertido, porque 6 de cada 10 matrimonios terminan engañándose, pero nunca imaginas que podría suceder contigo. Existen multitud de artículos sobre la infidelidad: como detectarla, qué señales observar. “¿pasa mucho tiempo en la oficina o sólo está trabajando?”. Recomendaciones inútiles en los programas matutinos de chismes que pasan por televisión. La novela de una mujer buena que parece una mártir mientras su esposo le es infiel.
Todos esos artículos, programas de televisión y dramas son para mujeres débiles. Yo supe el momento exacto en que mi esposo dejó de amarme.
Fue poco a poco. Empezó a sonreír más, sin motivo aparente. Se carcajeaba hasta de las más pequeñas e insignificantes cosas que ella hacía o decía. Situaciones que jamás encontraría graciosas si otra persona se las decía. Y las cosas sólo empeoraron. Su rostro brillaba cada vez que la veía. Y cuando fijaba su mirada en ella, no podías detenerlo. Se ha metido en todos los aspectos de su vida. Es una invasora, como el cáncer. Un parásito. Una sanguijuela. Atrapa toda su atención y amor alejándolo de mí.
Peor aún, sus amigos, nuestros amigos, se dan cuenta. Te dirán que nunca lo vieron así antes, con tanta felicidad. Es suficiente para que te sientas harta. Y finalmente, él lo confiesa. Te dice que nunca sintió tanto amor, que no sabe cómo pudo vivir sin ella todo este tiempo.
Bueno. Obviamente algo debe hacerse. Amo a mi esposo. No voy a permitir que una pequeña trepadora me lo robe. ¿Qué clase de mujer permitiría que pasen sobre ella de esta forma? No seré yo. Así que tomaré al toro por los cuernos.
Gracias a Dios todavía es pequeña. Creo que no podría ahogarla con tanta facilidad si ya caminara. mellowyellowsun