En la mente de gran parte de los consumidores «piel genuina» es sinónimo de calidad. Probablemente, mientras comprabas prendas en alguna tienda de ropa con descuento echaste un vistazo a los artículos relacionados, como las tradicionales carteras y cinturones. En estos lugares no es raro encontrar billeteras y artículos similares, aparentemente de alta gama, a precios muy económicos.
Piel genuina vs piel de calidad.
Es lógico que cuando se busca vender un producto debemos resaltar las virtudes y «omitir» sus deficiencias. Si tienes un producto de calidad, durable, etc., buscarás llamar la atención del cliente hacia estos aspectos. Sería un suicidio estampar productos con frases como «no es la gran cosa, pero funciona» o «se ve genial, pero en unos años terminara en la basura». Por eso, es comprensible que al observar «piel genuina» estampado en una cartera, nuestro cerebro deduzca que hacemos una buena inversión.
Es un error. La piel genuina es, por decir lo menos, mediocre. Pero, no te sientas mal si alguna vez caíste en esa trampa. Todos pasamos por allí.
Piel de grano entero.
Generalmente, los individuos que comercializan piel (o cuero) la venden en tres grados. Los expertos consideran que la mejor clase de piel que podemos adquirir es la «piel de grano entero». Hablamos de un cuero que no ha sido alterado mediante procesos como el pulido o lijado, por lo que conserva las marcas naturales de la piel y, generalmente, es más gruesa y duradera. Un artículo fabricado con cuero de grano entero dura muchos años y su apariencia tiende a mejorar con el uso, ya que desarrolla una pátina con el tiempo.
Piel de grano superior.
A continuación, tenemos la “piel de grano superior”. En este caso, el cuero natural presenta marcas tan profundas y severas que se atenúan con el proceso de lijado para que el consumidor las acepte. Los fabricantes pulen o lijan ligeramente las marcas. Aunque los productos hechos con esta clase de piel se parecen mucho a los fabricados con piel de grano entero, es probable que no duren tanto.
Piel regenerada.
Por último, encontramos la categoría de «piel regenerada«. Dicho material se construye a partir de múltiples piezas de cuero, que generalmente se muele, aglomera y pega en una lámina. Como ya te vas dando cuenta, el producto que se obtiene no es tan genial como los antes mencionados.
El engaño de la piel genuina.
El término «piel genuina» puede aplicarse a cualquiera de las tres categorías anteriores. Lo único que garantiza dicho estampado es que el artículo se construyó con piel natural. En este punto debes saber que los fabricantes no ven sentido en estampar el cuero de alta o mediana calidad como «genuino», pues difícilmente un comprador experto pagaría por un producto que puede estar hecho de piel regenerada.
Como regla general, aquellos productos estampados con el término «piel genuina» se construyen con múltiples capas de cuero de baja calidad, que son pegadas y después pintadas para que luzca uniforme. Esta clase de piel proviene de los desechos que restan cuando el cuero de mayor calidad se destina a proyectos más costosos.
Esto demuestra que, si una oferta es demasiado buena para ser verdad, probablemente están ocultando algo. Y como siempre, obtienes lo que pagas.