El Yartsa Gunbu (Ophiocordyceps sinensis) es un hongo localizado en las regiones montañosas del Tíbet y Nepal, cuyo mayor talento es parasitar a las polillas fantasma (Hepialidae). Sin embargo, se ha convertido en un producto tan exclusivo y demandado por los humanos que un kilogramo de este hongo alcanza los US$ 22,000 (poco más de medio millón de pesos mexicanos) en el mercado.
Cosecha del Yartsa Gunbu en la meseta tibetana.
Este parásito es primo cercano del Ophiocordyceps unilateralis, otro hongo tropical que saltó a la fama por infectar a las hormigas y convertirlas en zombis. El Yartsa Gunbu es exclusivo de la meseta tibetana, donde pasa la vida infectando larvas de polillas fantasma que se alimentan principalmente de raíces y, por tal motivo, se encuentran en el subsuelo.
Durante el verano, cuando la temperatura sube, las larvas empiezan a mudar de piel y se vuelven más vulnerables a la infección del hongo. Durante otoño e invierno, el parásito se desarrolla lentamente consumiendo a la larva y, cuando la nieve empieza a derretirse, empuja a su huésped casi moribundo a la superficie. En este momento, el hongo desarrolla un tallo similar a una planta repleto de esporas que emerge del suelo, convirtiéndolo en la única forma eficaz de detectar al valioso Yartsa Gunbu.
En las montañas del Tíbet, algunos locales se dedican a cosechar el hongo para venderlo a precios modestos. Sin embargo, a medida que la cadena de intermediarios crece el producto eleva su precio de forma estratosférica. Cuando el cliente final adquiere el Yartsa Gunbu, termina pagando hasta tres veces su peso en oro.
Fuente de ingresos.
En tibetano, el nombre Yartsa Gunbu significa “gusano de invierno, hierba de verano”, término que describe a grandes rasgos el ciclo de vida del hongo. Las piezas más buscadas son aquellas que cuentan con el cuerpo de la polilla fantasma muerta y el tallo repleto de esporas que emerge desde la cabeza del huésped, precisamente porque son las más difíciles de cosechar.
Extraer una pieza intacta requiere habilidad especial, pues implica cosechar la pieza integra del terreno duro en la peculiar meseta tibetana y diferenciar (a simple vista) el tallo del Yartsa Gunbu de las juncias que crecen por todo el terreno.
Dadas las condiciones geográficas y políticas en la árida meseta tibetana, las fuentes de ingreso resultan limitadas, y la cosecha de Yartsa Gunbu es una buena alternativa para el sustento de la comunidad local. En Bután, el comercio de este hongo representa un porcentaje importante del producto interno bruto, y para muchas aldeas del Tíbet cosechar el hongo representa una de las pocas formas de sustento disponibles para las familias.
Aunque entregan el Yartsa Gunbu a cambio de unos pocos cientos de dólares por kilogramo, los ingresos representan un porcentaje sustancial del presupuesto anual.
Demanda china.
Una vez que salen de esta región, una larga cadena de intermediarios envía los hongos a Hong Kong y directamente a las bulliciosas metrópolis de China continental, donde son vendidos a precios ridículamente altos. El hongo se destina a satisfacer la demanda de las clases más acomodadas en China, quienes tradicionalmente lo consumen por sus supuestas propiedades medicinales.
Previo al estallido económico en China, sólo unos pocos podían darse el lujo de importar el valioso producto. Sin embargo, a medida que la bulliciosa economía china engordó nuevas élites las cosas cambiaron y la demanda del producto se disparó.
Comercio mundial del Yartsa Gunbu.
El éxito del Yartsa Gunbu se debe a las propiedades que le atribuyó la medicina china y varias anécdotas que impulsaron su reputación como poderoso afrodisíaco y remedio para la disfunción eréctil. En 1993, después que atletas chinos rompieran diversos récords mundiales en eventos de atletismo, el entrenador afirmó que las hazañas fueron obra del Yartsa Gunbu.
En 2003, durante el brote de SARS, empezaron a correr rumores de que el consumo de este hongo prevenía una posible infección. Y aunque ninguno de los beneficios que se le imputan están demostrados científicamente, el Yartsa Gunbu se convirtió en un producto muy demandado de altísimo precio.
Algunas estimaciones sugieren que el comercio mundial de Yartsa Gunbu mueve la friolera de US$ 11,000 millones anuales, con precios que alcanzan hasta los US$ 140 mil por kilogramo de hongo. Sin embargo, incluso los especímenes más económicos son ampliamente demandados en China, donde hasta la clase media destina una parte importante de sus ingresos a la compra de este parásito. En aquella parte del mundo lo toman como profiláctico para toda clase de padecimientos.
Un hongo con futuro incierto.
Desafortunadamente, en un futuro no muy lejano el Yartsa Gunbu podría desaparecer de la meseta tibetana. Aunado a la sobreexplotación que produce la creciente demanda del hongo, también están los efectos del cambio climático. En un ecosistema tan frágil, el hongo parece incapaz de mantener el ritmo al calentamiento que están sufriendo las montañas de todo el planeta.
A medida que el Yartsa Gunbu escasea y la demanda en China aumenta, es muy probable que siga aumentando (todavía más) el precio de este hongo parásito.