Las siestas regulares pueden darte algunos años más de vida, por lo que deberías considerar dedicar el tiempo suficiente a esta actividad de descanso. En la actualidad, México figura como el país con los mayores índices de obesidad, motivo por el que las enfermedades cardiacas son un peligro constante para la población y figuran como la principal causa de muerte en el país. Sin embargo, los resultados de una nueva investigación sugieren que tomar siestas por la tarde puede resultar benéfico para nuestro corazón.
“Los hallazgos resultan muy importantes pues un descenso en la presión de apenas 2 mmHg puede reducir los riegos de algún evento cardiovascular como un ataque al corazón hasta en un 10%”, declaró en un comunicado de prensa Manolis Kallistratos, colaborador del estudio. “De acuerdo con las conclusiones, si un individuo se permite el lujo de tomar una siesta a lo largo del día, esto podría beneficiar a su presión arterial elevada. La siesta es un hábito gratuito que puede adoptarse con suma facilidad”.
Aprendiendo a tomar la siesta.
Bueno… quizá muchos tengan facilidad para conciliar el sueño a lo largo del día, pero otros somos incapaces. La gran mayoría tenemos jornadas laborales donde no existe cabida para las siestas, y una propuesta así frunciría el ceño del jefe más amable, aunque se justifique por razones de salud.
Por otro lado, están las personas que fracasan rotundamente cuando se trata de tomar una siesta. Cada vez que intentan aventarse un “coyotito” por las tardes, aunque los parpados casi se les cierren del cansancio, les resulta prácticamente imposible conciliar el sueño de forma oportuna. Y, si por pura casualidad, logran caer en los brazos de Morfeo, inevitablemente despiertan tres horas después completamente confundidas y desconcertadas, creyendo que ha amanecido.
Si encajas en esta descripción, no te preocupes, hay una esperanza. Joanna Clark, una pediatra experta en sueño fundadora de Blissful Baby Sleep Coaching, proporcionó algunas recomendaciones paraaprovechar al máximo las siestas por la tarde.
Siesta breve.
La primera recomendación se hace en torno a la duración: entre 20 minutos y 1 hora. De otra forma, se podría caer en la tercera fase del sueño conocida como “sueño de ondas lentas”, y despertarse durante esta fase podría producir inercia de sueño, un estado momentáneo de confusión y somnolencia.
Si experimentas inercia del sueño, independientemente de la duración de tus siestas, podrías intentar bebiendo un poco de café antes de dormir. “Una forma de aminorar los efectos de la inercia del sueño es consumir cafeína justo antes de la siesta”, apunta el educador clínico Terry Cralle. Puede resultar confuso, pero sucede que los efectos de la cafeína alcanzan su punto álgido aproximadamente 30 minutos después que se consume, lo que te permite disfrutar de una siesta rápida y, al despertar, tener ese empujón de energía promovido por el café.
Mejor al mediodía.
Muchos suelen tomar la siesta ya bien entrada la tarde. Pero, el momento óptimo es entre las 11 a.m. y las 2 p.m., según Clark. Esto se debe a que no resulta común que las personas necesiten una siesta antes de las 11 a.m., y las siestas después de las 2 p.m. podrían provocar dificultad para conciliar el sueño por la noche. Como mínimo, sugiere que te despiertes tres horas antes de que vayas a dormir para asegurar un descanso óptimo.
Emula tu ambiente normal de sueño.
Si cuando estás en casa la rutina es apagar las luces, quizá leer unos minutos, hacer respiraciones profundas o encender el ventilador, entonces lo ideal a la hora de la siesta es emular dicho ambiente, según Clark. Esto quiere decir que si te encuentras en casa, lo mejor es echar la siesta en cama en lugar de disfrutarla en el sofá.
No temas a la siesta.
Clark sugiere escuchar secuencias de meditación con ritmo binaurales para alcanzar estados más profundo de relajación e impulsar la siesta. Estas secuencias de sonido resultan particularmente útiles para aquellas personas que tienen problemas conciliando el sueño.