Durante la Segunda Guerra Mundial, el Lebensborn figuró como un programa de reproducción forzada a cargo de las SS (Schutzstaffel, una organización paramilitar ligada a Adolf Hitler) de Heinrich Himmler. El proyecto tenía como objetivo primario impulsar las ideas de herencia racial que promovía el Tercer Reich, diseminando la “raza aria” a lo largo y ancho del territorio alemán así como en aquellas naciones europeas que habían sido ocupadas por los nazis, tales como Bélgica, Noruega y Francia.
Partiendo de una determinada lista de requisitos, entre los que se incluía ser soltera y “aria”, los oficiales del ejército alemán se encargaban de elegir a las mujeres. Después, las enviaban a las casas del Lebensborn (cuya traducción al español es “fuente de vida”), donde daban a luz en completo anonimato.
Algunos historiadores estiman que el proyecto llegó a gestionar el nacimiento de 8,000 niños en Alemania, 12 mil en Noruega y miles más en los países ocupados. Según los rumores, Anni-Frid Lyngstad, la integrante de la popular banda de pop sueca ABBA, estaría entre los niños resultantes del Lebensborn.
El reclutamiento de mujeres jóvenes para integrarse al programa también se dio gracias a la colaboración de la Liga de Muchachas Alemanas. Y no sólo se trataba de acciones forzadas, pues las voluntarias que lograban comprobar su ascendencia aria recibían, además de los incentivos económicos, un trato privilegiado durante la maternidad.
De hecho, muchas mujeres vieron en Lebensborn una oportunidad de sobrevivir a la guerra, especialmente si eran ciudadanas de los países ocupados. Aunque las casas Lebensborn también recibían niños en adopción, una opción muy socorrida en una época donde el aborto se consideraba ilegal y muchos padres no tenían condiciones para la crianza de los hijos. Todos los pequeños recibidos por el programa recibían una educación especial influenciada por la ideología nazi.
Falta de registros históricos.
Debido a una sistemática destrucción de evidencia, hermetismo y encubrimiento por parte de los responsables, incluso hoy resulta imposible afirmar si mujeres menores de edad participaron en Lebensborn y mucho menos si existieron abusos por parte de los oficiales nazis en las casas. Sin embargo, para multitud de investigadores el programa realmente estuvo funcionando como un sistema supervisado de reproducción selectiva.
Heinrich Himmler decía que la organización tras Lebensborn pretendía servir como plataforma para que los oficiales de la SS eligieran y adoptaran “niños calificados”. En un comunicado oficial publicado el 3 de septiembre de 1936, escribió:
La organización se encuentra bajo mi dirección y forma parte de la Oficina de Raza y Asentamiento de las SS. Esta tiene las siguientes obligaciones:
- Brindar apoyo a las familias de base racial, biológica y hereditaria con el nacimiento de nuevos niños.
- Atención de calidad a mujeres embarazadas de valor racial, biológico y hereditario que tras pasar un minucioso análisis de sus familias y padres (realizado por la Oficina de Raza y Asentamiento de las SS), pueden reproducir hijos igual de valiosos.
- Cuidar de esos niños.
- Procurar a las madres de esos niños es el deber honroso de todos los líderes de la sede y miembros de la organización.
En 1939 el programa aún estaba en funcionamiento y, a pesar de ello, Himmler ordenó que fueran secuestrados miles de infantes arios en países extranjeros como Rusia, Yugoslavia, Checoslovaquia, Ucrania, Estonia, Rumania, Noruega y Letonia.
Según los informes históricos, Heinrich Himmler había declarado que el deber de todo nazi era la protección de la sangre aria. Tal vez por ello secuestraron de sus hogares alrededor de dos mil pequeños que, tras pasar una estricta evaluación, eran enviados a “campos de reeducación”, donde eran adoptados por nuevas familias alemanas. Los renegados iban directamente a los campos de concentración.
Según el gobierno polaco, menos del 15% de los niños que fueron extraídos del país lograron regresar a casa con sus padres biológicos. Muchos datos sobre este vergonzoso proyecto nazi fueron eliminados y excluidos de la historia.