No importa cómo te vea el mundo, tú sabes que te gusta el dolor y por eso practicas el sadomasoquismo en la cama, cosa mucho más normal de lo que se cree.
Resulta que el cuerpo libera diversas sustancias al recibir distintos estímulos; estas son endorfinas, dopamina, adrenalina y oxitocina, mismas que se encargan de generarle un sentimiento de bienestar.
Al tenerlas, el cuerpo transforma las sensaciones dolorosas en placenteras pero para ellorequiere un entrenamiento de menor a mayor que puede conseguirse calentando la piel con azotes suaves.
Esto es, los masoquistas sexuales no disfrutan el dolor en sí, sino las sustancias que se liberan a través de diferentes sensaciones, por ello, según el experto Alexander Marqués,en ocasiones se utilizan las prácticas que implan dolor como terapia antiestrés.