Bien dicen que nunca es tarde para hacer realidad los sueños; sin importar la peculiaridad del anhelo o la edad que se tenga cuando está es posible realizarlos, siempre hay que tratar de alcanzarlos.
Hace apenas unas semanas, celebrábamos la hazaña de una mujer de 102 años que al hacer un salto en paracaídas se convirtió en la persona de mayor edad en hacerlo y ahora tenemos la increíble noticia de que un hombre francés de 72 años ha decidido zarpar de las Islas Canarias para explorar el Atlántico a bordo de una nave que más que otra cosa, parece un barril.
El aventurero llamado Jean-Jacques Savin, dijo principal objetivo es llegar al Caribe en tres meses siendo impulsado únicamente por las corrientes marinas.
Foto: Georges Gobet / AFP
De 3 metros de largo y 2.10 metros de ancho, la peculiar nave de Savin está hecha de madera contrachapada recubierta de plástico, fuertemente reforzada para resistir las olas y los posibles ataques de las orcas. Para construirla, su tripulante trabajó en ella durante tres meses en Ares, en la costa suroeste de Francia.
Pero esta no es una simple cápsula; en 6 metros cuadrados tiene bolsas de aire una cocina, una litera y un almacén además de una portilla en el suelo que permite a Savin mirar a los peces que pasan por debajo.
El ex paracaidista militar sirvió en África y también trabajó como piloto y guardaparques nacionales. Entre sus tesoros más preciados, llevó un bloque de foie gras y una buena botella de vino blanco Sauternes con el que celebró Navidad y una como una botella de tinto Saint-Emilion lista para su cumpleaños 72 el próximo 14 de enero.
Aunque Sarvin se complacería con llegar a cualquier isla del caribe, tiene sus preferencias: "tal vez Barbados, aunque realmente me gustaría que fuera una isla francesa como Martinica o Guadalupe", dijo. "Eso sería más fácil para el papeleo y para traer el barril de vuelta".
Sarvin ha decidido ayudar con su travesía a la ciencia. En el camino dejará caer marcadores para el observatorio marino internacional del JCOMMOPS a fin de ayudar a sus oceanógrafos a estudiar las corrientes. Además, será objeto de un estudio sobre los efectos de la soledad en el encierro.
Por si fuera poco, se estudiará el vino a bordo: lleva un Bordeaux que luego se comparará con uno guardado en tierra para determinar los efectos de los meses pasados en las olas.
Savin tiene un presupuesto de 1.3 millones de pesos (60 mil euros) para su expedición, ayudado por el patrocinio de los fabricantes de barriles junto con una campaña de financiación colectiva.