Además de los infames campos de exterminio, ningún otro lugar se encuentra tan cargado de energías oscuras como los hospitales. Para muchos, los hospitales son portales entre el mundo de los vivos y el de los muertos debido a todo lo que implica el funcionamiento de estos lugares. Lo más interesante es que incluso después de cumplir su vida útil, los hospitales parecen guardar y añejar una misteriosa atmosfera sombría plagada de dolor y sufrimiento. Hoy, te presentamos cuatro sanatorios donde sucedieron cosas aterradoras, actualmente abandonados y con una marcada actividad paranormal.
1 – El sanatorio de Waverly Hills.
Las historias en torno al sanatorio de Waverly Hills son realmente espeluznantes. Se dice que en este lugar habita el espectro de una misteriosa mujer encadenada que ocasionalmente es vista recorriendo los pasillos del edificio abandonado. Pero no está sola, pues algunos testigos afirman haber visto al fantasma de un pequeño llamado Timmy, obsesionado con jugar a la pelota, y a una chica joven sin ojos llamada Mary. Pero el sitio más aterrador es la Sala 502 donde, según la leyenda, la puerta se cierra cuando alguien tiene la osadía de ingresar. No por nada figura entre los lugares más embrujados del planeta.
El complejo fue inaugurado en el año de 1910 en la localidad de Jefferson County, Kentucky, Estados Unidos, como parte de las acciones para contener una pandemia de tuberculosis que afectó al país en los albores de ese siglo. Al poco tiempo de abrir las puertas el lugar quedó atestado de pacientes enfermos, por lo que tuvieron que ampliarlo. En aquella época, si una persona era diagnosticada con tuberculosis prácticamente se convertía en una sentencia de muerte, las tasas de mortalidad eran increíblemente altas.
Todos aquellos que perecían a causa de la enfermedad eran sacados del edificio a través del “Túnel de la Muerte”, una rampa de casi doscientos metros que utilizaba el personal para trasladar los cadáveres hasta la base de la colina donde se ubicaba el sanatorio.
La creencia de ese entonces era que el aire fresco era clave en el proceso de curación de los enfermos, motivo por el que los pacientes eran dejados a solas en el techo del sanatorio. Multitud de personas a lo largo del tiempo informaron escuchar pasos y voces en el tejado. Otro fenómeno inexplicable son las luces que se encienden en las habitaciones del sanatorio, pese a que no tiene electricidad. En la sala 502 se registraron al menos un par de suicidios: en 1928, una mujer joven terminó ahorcándose en la sala, mientras que en 1932 una enfermera saltó por una de las ventanas.
Hace poco una pareja de inversionistas compró el edificio con la intención de convertirlo en un resort cuatro estrellas para todos aquellos seguidores de la actividad paranormal y los caza fantasmas. Quizá en este lugar los huéspedes finalmente encuentren eso que tanto buscan, sobre todo si se hospedan en la habitación 502.
2 – Heilstätte Grabowsee.
La estancia de salud Grabowsee, ubicada a unos 30 kilómetros al norte de Berlín, alguna vez sirvió como sanatorio para los enfermos de tuberculosis en Alemania. Este complejo ubicado en la localidad de Oranienburg, en el distrito de Oberhavel en Brandemburgo, figuró como el primer sanatorio de tuberculosis en el norte de Alemania fundado por la Cruz Roja en el año de 1896.
A partir de 1850, el número de pacientes con enfermedades pulmonares se disparó en territorio alemán. Las estimaciones apuntan a que uno de cada tres pacientes con edades comprendidas entre los 15 y 60 años padecía tuberculosis pulmonar. Heilstätte Grabowsee fue construido por una asociación perteneciente a la Cruz Roja alemana inicialmente como un laboratorio de pruebas.
El objetivo era investigar si los enfermos de tuberculosis podían ser tratados con éxito en las tierras bajas al norte de Alemania. Por aquella época, los médicos teorizaban que los padecimientos pulmonares respondían favorablemente al aire puro de la montaña o el clima cálido del Mediterráneo. Casi como regla general, los sanatorios como el Heilstätte Grabowsee eran ubicados en sitios altos y alejados, proporcionando a los enfermos un contacto directo con la naturaleza.
Para el año de 1900, Heilstätte Grabowsee ya contaba con 200 camas disponibles para todos aquellos que padecieran enfermedades pulmonares de cualquier tipo. Durante los primeros años de la Gran Guerra, la Cruz Roja utilizó Grabowsee para tratar a los soldados enfermos de tuberculosis. Y al menos hasta 1928, los prisioneros de guerra también fueron enviados a este lugar.
Sin embargo, las consecuencias económicas de la guerra mermaron profundamente la capacidad de funcionamiento de Heilstätte Grabowsee, un nosocomio destinado principalmente a la clase obrera administrado por la Cruz Roja. Cuando la Primera Guerra Mundial llegó a su fin, la Compañía de Seguros de Brandemburgo asumió el control del hospital en 1920. Y seis años después iniciaron la expansión del complejo, de forma que para 1930 Heilstätte Grabowsee ya contaba con más de 420 camas.
Cuando por fin la medicina descubrió los antibióticos, la tuberculosis tenía un periodo de curación más breve y esas largas estancias en los hospitales dejaron de ser necesarias, motivo por el que las instalaciones fueron cayendo en desuso. Entre 1945 y 1995, tras la Segunda Guerra Mundial, los soviéticos utilizaron Heilstätte Grabowsee como un hospital militar.
Pero desde entonces quedó en completo abandono. Debido a su pasado, donde supuestamente se realizaron toda clase de experimentos inhumanos, se dice que las ruinas de Heilstätte Grabowsee se transformaron en un lugar para valientes, personas que no tienen miedo de enfrentarse con los fantasmas y horrores que supuestamente habitan el lugar.
Varios emprendimientos han intentado renovar el lugar, pero siempre fracasan. Es más, una pequeña iglesia que se construyó junto al lago del lugar terminó reducida a cenizas en 2007, supuestamente quemada por una pandilla local.
El lugar tiene una historia tan sombría que sirvió como inspiración para la película El Manicomio: La Cuna del Terror (Heilstatten), una producción de terror alemana estilo found footageestrenada en febrero del año pasado.
3 – Hospital Psiquiátrico de Trenton.
El Hospital Psiquiátrico de Trenton, coloquialmente referido como “asilo de locos de Nueva Jersey”, fue inaugurado en 1848 y siempre se distinguió por ofrecer una atención de calidad a todos sus pacientes. Al menos hasta la llegada del Dr. Henry Cotton, quien asumió la dirección de la institución e introdujo ideas “novedosas” sobre las enfermedades mentales, muchas de las cuales consistían en infligir sufrimiento a los pacientes.
Para Henry Cotton, los padecimientos mentales tenían origen en infecciones de diversas partes del cuerpo. Para demostrar su hipótesis, empezó retirando piezas dentales en mal estado a sus pacientes y siguió con las amputaciones de extremidades. Tras una serie de informes que expresaban preocupación por los métodos que empleaba Cotton, sus actividades fueron suspendidas en 1924, pero poco tiempo después el senado del estado de Nueva Jersey dio el visto bueno a sus prácticas. Así, en 1925 regresó a la carga.
Dado que en aquella época los antibióticos todavía no eran utilizados de forma amplia, se estima que aproximadamente la mitad de los pacientes del Dr. Henry Cotton murió bajo sus “cuidados”. Aunque el infame médico se retiró de la práctica clínica en 1930, el hospital dio continuidad a sus métodos durante otras dos décadas.
Diversos investigadores paranormales aseguran haber visto el fantasma de Henry Cotton en el Hospital Psiquiátrico de Trenton. También han reportado la aparición de pacientes con miembros amputados.
4 – Asilo Lunatic Trans-Allegheny.
El asilo Trans-Allegheny se ha asociado con extrañas teorías y eventos paranormales prácticamente desde su fundación. Y el hecho de que el terreno tenga exactamente 666 acres (el número de la Bestia) de área ha venido a contribuir con el halo de misterio que rodea al lugar.
Algunos afirman que las dimensiones de la construcción fueron formuladas especialmente por antiguos masones. Para muchos no es coincidencia que después que los cimientos y las paredes fueran levantados por prisioneros, canteros especiales fueron traídos desde Europa específicamente para realizar los trabajos más sutiles en piedra.
La construcción del asilo se extendió durante más de dos décadas, de forma oficial entre 1858 y 1881, aunque la admisión de pacientes empezó en 1861. Aunque el plan original contemplaba dar atención a 250 pacientes, hubo épocas en que el lugar albergaba a más de dos mil personas. Como solía suceder con asilos e instituciones mentales de la época, algunos de los tratamientos que aplicaron hoy se consideran totalmente crueles y primitivos: electrochoques rudimentarios, aplicación de sustancias químicas e incluso lobotomías. Las habitaciones de aquel lugar fueron testigo de una cantidad abominable de miedo y dolor durante muchos años.
Los acontecimientos paranormales son algo cotidiano en este sitio, sobre todo las figuras sombrías que se aparecen por todos lados, visitantes que son empujados contra las paredes, golpes extraños y la supuesta manifestación física de un perro negro endemoniado. El asilo Lunatic Trans-Allegheny es un auténtico paraíso para los investigadores paranormales.
En marzo de 2013, la Ghost Research Society emprendió una investigación en el lugar y aseguran haber extraído varias cacofonías con gritos de fantasmas, así como voces de ultratumba que respondieron sus cuestionamientos.