Las épocas definen tendencias y viceversa, aunque muchas veces resultan extrañas comparadas con los estándares vigentes, mismos que a los humanos del futuro podrían parecerles una completa locura. Independientemente de esto, algo que nunca cambia es la importancia de la apariencia para las personas, aunque en ocasiones la moda y la tendencia pisan la delgada línea entre aceptable y extremo. Hoy, te presentamos algunos hábitos extraños de la antigüedad justificados por la búsqueda de la belleza.
Imagina que explicación darás a tus nietos cuando te pregunten por qué usamos flores en la cabeza como accesorio de belleza.
1 – Los parches en el rostro.
En la actualidad, los parches generalmente se utilizan en prendas para reparar rasgaduras o simplemente como decoración; sin embargo, en el pasado los utilizaban para disimular imperfecciones, manchas y cicatrices. En el siglo XVIII, los parches figuraban como un accesorio de belleza que simbolizaba riqueza. Básicamente se trataba de piezas de tela recortadas con multitud de formas: estrellas, corazones, figuras geométricas o siluetas aleatorias.
2 – Quitarse costillas para reducir la cintura.
Pocas son las mujeres que tienen la fortuna de poseer una cintura pequeña. Ante la necesidad de lucir la figura ideal de “reloj de arena”, muchas mujeres en el pasado recurrieron al uso del corsé. Sin embargo, otras se valieron de soluciones más drásticas y terminaron removiéndose algunas costillas.
3 – Belladona para unos ojos radiantes.
En nuestros días, la belladona es una planta famosa por su toxicidad, aunque en el pasado la utilizaban como colirio debido a que el extracto de la planta dilata las pupilas y las personas la consideraban una característica deseable. Con el tiempo, la medicina llegaría a descubrir que este efecto se producía por un bloqueo en los receptores de los músculos oculares. A través del uso regular, el uso de gotas de belladona para los ojos podía llevar a una ceguera permanente.
4 – El cuello rígido.
A finales del siglo XIX, los cuellos para las camisas solían ser muy rígidos, y esto prácticamente era una regla de etiqueta para los caballeros. Tal vez parezca una exageración, pero algunos relatos dan cuenta de personas que terminaron perdiendo la vida a causa de estos accesorios de moda.
5 – Orina para limpiar dentaduras.
En el pasado, los dentistas creían que la orina tenía propiedades “mágicas” cuando se trataba de blanquear los dientes. El efecto de limpieza en las piezas dentales se producía gracias al amonio presente en esta sustancia, que era utilizada para higiene personal desde la época de los romanos.
6 – Peinados ridículos.
La década de los 70 y 80 estuvo marcada por una profunda revolución musical, aunque no puede decirse lo mismo de los horrorosos peinados que pululaban en aquel entonces. No cabe duda que eran toda una moda en esa época, y tal vez nuestros actuales cortes de cabello terminen convirtiéndose en la burla de nuestros predecesores.
7 – Pies de Loto.
Una de las practicas más extremas relacionadas con la belleza son los “pies de loto”, una tradición china que empezó en el siglo X, cuando el emperador Li Yu solicitó a la bailarina Yao Niang atar sus pies de forma que sólo danzara con las puntas. El gobernante se mostró tan satisfecho que rápidamente otros danzantes imitaron el proceso para elogiar al emperador.
La costumbre se hizo tan popular al paso del tiempo que, de acuerdo con algunas estimaciones, para el siglo XIX el 40% de las mujeres en aquel país presentaba pies de loto, mientras que en las clases más altas de la sociedad china ese porcentaje se elevaba al 100%. Era un aspecto cultural tan relevante que las mujeres con pies normales tenían una menor probabilidad de contraer matrimonio.
8 – Un baño de lodo y excremento de cocodrilo.
Hasta hoy existe la creencia de que el lodo tiene propiedades terapéuticas y relajantes para articulaciones, músculos y piel; sin embargo, en la Antigua Roma la práctica era llevada al extremo: esta sociedad del pasado creía que los excrementos animales tenían ciertas propiedades para el rejuvenecimiento y uno de los tratamiento más populares consistía en cubrir el cuerpo entero con una mezcla de lodo y excremento de cocodrilo.
