historias de divorcios

 Las historias de divorcios no son material con el que pueda producirse algún tipo de obra sobre la fuerza del amor. De hecho, cuando un matrimonio llega a tribunales salen a relucir actitudes que eran impensables en el momento que se dieron el sí. Desafortunadamente, en estos casos las mujeres tienen mayor probabilidad de salir victoriosas.

 

Tanto por su condición tradicional de cuidadoras, como por la predisposición de las leyes a protegerlas ante posibles vulnerabilidades. Desafortunadamente, algunas mujeres se aprovechan de esto para convertir la vida de sus cónyuges en un infierno. A continuación, te presentamos 4 historias de divorcios que parecen sacadas de una pesadilla.

Historias de divorcios: desenlace brutal.

Considero que mi vida sería mucho mejor si no me hubiera casado con una persona con un grave trastorno de personalidad. Desgraciadamente, esa clase de inconvenientes pueden disimularse. Y ella se ocupó de ocultar su verdadera naturaleza durante todo el noviazgo. Mi martirio empezó un día viernes a las 5 p.m., regresaba del trabajo y me encontré con una casa prácticamente vacía.

También vació nuestras cuentas compartidas, por lo que no tenía dinero ni siquiera para contratar a un buen abogado. Si existe algún tipo de asistencia para hombres que enfrentan un divorcio en mi localidad, nunca pude encontrarla.

Se llevó a los niños, la ropa, juguetes, libros y los muebles. Lo único que dejó fueron las camas. Hasta el martes siguiente viví con la zozobra de no saber dónde estaban mis hijos. Ni siquiera se molestó en dejarme un recado. Y ni ella ni su familia atendían el teléfono. Mi exesposa simplemente se negó a negociar cualquier cosa.

Como los niños eran pequeños y ella era una “ama de casa”, la consideración sobre mi solicitud de custodia fue desestimada. A nadie le pareció grave que mi ex ocultara a los niños o vaciara las cuentas bancarias compartidas. Tuve que pagar a todos los abogados involucrados, directa o indirectamente, en el caso de divorcio.

Sentencia injusta.

La forma en que vació las cuentas compartidas hizo que resultara imposible recuperar algo de dinero. Pronto tuve que pagar la pensión alimenticia y apoyarla con el pago de diversas facturas. Estuve en números rojos durante medio año. Ahorré lo suficiente como para no declararme en bancarrota, pero no tanto como para pagarlo todo.

Jamás tuve inconveniente alguno con pagar manutención infantil o conyugal. Pero, la forma en que lo calcularon simplemente no me pareció justa. De todos modos, no podía hacer nada. Me pusieron un montón de obstáculos para volver a ver a mis hijos. Tras el divorcio, ignoró la mayor parte de las indicaciones del juez. No me permitió hablar con los niños y me excluyó completamente de los asuntos de la escuela, atención médica y actividades extracurriculares.

Si hubiera fallado un solo pago de la pensión, a mí me habrían perseguido. Ante su negativa a cumplir con la sentencia de divorcio, yo estaba atado de manos. Solucionar esto requería que volviera a la corte, y simplemente no tenía dinero para pagar más abogados. Fue algo brutal. No recuerdo extensos lapsos de los últimos dos años. Seguí trabajando y me propuse disfrutar a mis hijos cuando los tuviera.

No creo que un hombre trabajador casado con una ama de casa entienda la vulnerabilidad legal en la que se encuentra. Jamás volvería a considerar un arreglo parecido, bajo ninguna circunstancia. ¿Recuerdan que al principio comenté sobre su trastorno de personalidad? Dos años después del divorcio, realmente se le zafó un tornillo. La policía la atrapó utilizando a uno de nuestros hijos en la producción de p-infantil. Aparentemente con fines comerciales. La encerraron una buena cantidad de años. Ya recuperé a mis hijos y solo tengo que pagar un mes más de manutención conyugal.

Gracias al divorcio mantengo a mi ex esposa y a su nueva pareja.

Mi ex esposa tuvo una aventura. Se aportó como evidencia los testimonios de llamadas telefónicas a altas horas de la noche en su oficina. También los inusuales “picnics” a varias horas de distancia de la ciudad. Me engañó durante casi un año, y pese a todo el tribunal no lo tomó en cuenta. Cuando me pidió el divorcio yo ni siquiera lo sabía. Pero, inmediatamente solicitó la custodia total de nuestros hijos. Pese a la devoción que les tenía y lo íntimamente involucrado que estaba en sus vidas.

Aclarado este punto, también deben saber que mi ex esposa contrató a un abogado tramposo. Uno cuya táctica era la “política de tierra quemada” para garantizar que su cliente recibiera la mayor parte de los bienes. Por supuesto, cobrando auténticas fortunas por las horas que facturaba.

En el juicio me describieron como una persona detestable, lo más alejado de la realidad. Debo confesar que el abogado tenía un talento especial para darle un “giro” a los aspectos cotidianos de la vida. Me convirtió en un abusador y el tribunal de lo familiar no tuvo reparo en creerlo todo.

La metodología poco ética y la manipulación de mi ex esposa posibilitaron que el abogado actuara desmesuradamente en la corte. Y todo para sacar dinero. El juez que atendió mi caso terminó otorgando a mi ex esposa el 85% de los bienes adquiridos en el matrimonio. Además, durante 16 años tendría que pagar por pensión alimenticia y manutención infantil.

 

Todo para ella.

Pese a la enorme cantidad de dinero que le estaba cediendo, todavía me obligaron a pagar absolutamente todo para mis hijos (actividades extracurriculares, escuelas privadas, viajes, útiles… ¡todo!). Además, me obligaron a contratar un seguro de vida y establecer en la póliza que ella sería la beneficiaria en caso de que muriera.

La “sentencia de pensión alimenticia” que emitieron cuando recién cumplía 60 años, hizo imposible que ahorrara para la jubilación. Además, me privó de disfrutar cierto estilo de vida con mi nueva esposa. Mientras tanto, el juez me ordenó mantener el estilo de vida al que ELLA estaba “acostumbrada”. A pesar de que es una mujer con estudios, capaz de trabajar y mantener el estilo de vida que mejor le plazca.

Lo peor es que esa ex esposa lleva cinco años viviendo con otro hombre. A pesar del costo emocional que esta disputa causa en los niños, sigue empeñada en mantener la pensión alimenticia. Y eso que el decreto de divorcio especifica que se termina cuando empieza a vivir con otro hombre que no es su esposo.

Pero, en la defectuosa ley también se establece que una pareja de hecho debe brindar apoyo financiero al hogar. ¿Por qué su nuevo cónyuge la apoyaría económicamente si recibe cantidades sustanciales de dinero? Así, la pensión alimenticia ahora está destinada a los DOS.

Historias de divorcios: una esposa loca.

Entre las historias de divorcios, la mía es una pesadilla. Para el momento en que presenté la demanda mi ex ya me había engañado en siete ocasiones. Inmediatamente empezó a llorar asegurando que la golpeé, y adoptó el papel de mujer indefensa en todo momento. Dijo que no había forma en que pudiera mantenerse a sí misma, pese a que tiene dos títulos y un buen currículum.

 

Se mantuvo firme con el 100% de la custodia de nuestros hijos, y tendría que pagar por cada minuto que quisiera estar con ellos. Me quitó buena parte de la jubilación e hizo que pagara todos sus honorarios legales. Cada vez que intentaba desenmascararla, me describía como un hombre misógino y abusivo. Y la jueza le seguía la corriente.

Después de un año de pelea, me otorgaron el 45% de la custodia de los niños. Durante todo ese tiempo mi salario se gastó en honorarios legales, además que terminé sin casa ni jubilación. Entonces procedió a consentir a los niños con todo lo que le pedían para ponerlos de su lado. Incluso le permitía a mi hija de 14 años dormir con su novio de 19 años en su casa. Afortunadamente fracasó y terminó alejándolos. Cuando su plan fracasó, arrojó una rejilla de hierro de la chimenea a mi hijo y tuvieron que internarla. En ese episodio le diagnosticaron trastorno límite de la personalidad.

A 10 años de todo esto, hace 4 años que no me habla. Sus hijos la desprecian y su hija empieza a darse cuenta de lo loca que esta su madre.

El terrible divorcio de una esposa interesada.

Me casé con una mujer que me agredía verbalmente y me dejó sin dinero tras el divorcio. Estoy convencido que ni siquiera quería todo lo que recibió, solo deseaba verme sufrir. Le otorgaron la custodia de los niños y me permitía visitarlos dos veces por semana durante una hora. Jamás tuve antecedentes penales y nunca fui un hombre violento. Pero, en el momento que me paraba frente a su casa empezaba a maldecirme.

Ella conservó su alto nivel de vida con la pensión alimenticia y manutención que me obligaron a darle por un matrimonio que duró menos de 2 años. Justo después de divorciados, fingió un embarazo y engañó a otro hombre para que se casara con ella. Después de un tiempo le hizo lo mismo que a mí, solo que con dos hijos más.

Dejé de darle pensión alimenticia cuando se volvió a casar, pero me costó un ojo de la cara pagar todo el proceso de divorcio. Conseguí dos trabajos para solventar todos los gastos y tuve que mudarme con un amigo para no pagar alquiler. Todavía exige la manutención de mis hijos, a pesar de que destina cantidades marginales para tal fin.

Cortesia de Marcia la divorciada