Nacida en el seno de una familia judía, en 1909, Rita Levi-Montalcini vivió su infancia en Turín. Desde niña destacó por su pasión por la ciencia. Pese a su padre, que quería que se case y forme una familia, decidió estudiar.
Era muy independiente, y tenía claro que no se ataría a un hombre como había hecho su madre. “Yo soy mi propio marido”, decía.
Trabajó durante años en una panadería para pagar su carrera, y se matriculó en 1930 en la facultad de Medicina, graduándose Summa cum laude 6 años después. Como ayudante de Giuseppe Levi, inició sus investigaciones sobre el tejido celular. En 1938, Mussolini prohíbe a los Judíos el acceso al mundo laboral y académico y Rita y su familia se marchan a Florencia, donde monta un laboratorio clandestino donde inició sus estudios sobre el crecimiento de las fibras nerviosas en embriones de pollo.
Al final de la II GM, pudo regresar a Turín, donde Rita continuó ampliando su trabajo, ahora en psiquiatría y neurología. En 1946 es invitada por la Universidad Washington de Saint Louis (EEUU) apoyada por el profesor Viktor Hamburguer, el cual había seguido sus investigaciones. Aunque la permanencia prevista en EEUU eran 6 meses, su estancia se prolongó durante 30 años. Fue allí donde desarrolló gran parte de su investigación sobre neurobiología, con su colega Stanley Cohen en 1947, que les valió el Premio Nobel de Medicina en 1986. Rita siguió trabajando y enseñando hasta el final de sus días. Su preocupación por África y por la mujer africana la lleva a crear en 2001, la Fondazione Levi-Montalcini Onlus. “Mi idea, con la Fundación, es darle a las niñas y mujeres africanas el privilegio de una Educación, que les es negado". Siempre consideró que la Educación no sólo es una condición esencial para el progreso en la vida de las Mujeres, sino una cuestión de Género.
Murió en Roma el 30 de diciembre de 2012, a los 103 años. Su Voluntad y su ejemplo de persistencia, de romper roles injustos, marca caminos y nos sigue inspirando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario