¿El nuevo etiquetado de alimentos introducido en 2020 contribuyó a que dejaras de consumir bebidas azucaradas? ¿Y si a tu refresco favorito le pusieran la fotografía de un corazón enfermo o un pie gangrenado lo pensarías antes de ingerirlo? ¿Aun así se lo darías a tus hijos? En Estados Unidos, científicos de la Universidad de Carolina del Norte y Universidad de Harvard pusieron a prueba la idea de un etiquetado extremadamente gráfico y publicaron los pormenores del estudio en PLOS Medicine.
Efectividad de etiquetas sumamente gráficas en bebidas azucaradas.
Básicamente, solicitaron a un grupo de padres voluntarios que eligieran refrigerios para sus hijos. Una parte de los voluntarios acudió a un estante abarrotado con productos donde aparecían imágenes de advertencia sobre diabetes y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas por consumir azúcar en exceso. Mientras tanto, la otra parte del grupo solo encontró un código de barras. Probablemente ya deduces el resultado: aquellos padres que encontraron etiquetas gráficas de advertencia eligieron menos refrescos para sus hijos a comparación del grupo que no las vio.
“Las etiquetas gráficas redujeron significativamente la adquisición de bebidas azucaradas por parte de los padres”, concluyeron los autores respecto a la efectividad de los carteles que aparecen en la siguiente imagen. De forma visceral, dichas etiquetas ilustran las posibles consecuencias tanto de la diabetes como de las enfermedades cardíacas. “Las advertencias plasmadas en bebidas azucaradas se postulan como una política prometedora para reducir el consumo de esta clase de bebidas en el país”, se lee en el artículo.
Aunque esta clase de etiquetas parecen prometedoras, ciertamente resultan inquietantes. Lo mejor es que se trata de un abordaje ya comprobado con la industria tabacalera, que los investigadores refieren para poner en contexto la imagen del corazón enfermo y el pie con gangrena. “Las advertencias gráficas en los productos del tabaco resultaron prometedoras al motivar un cambio en el hábito de consumo, aunque prácticamente no existen estudios que analicen su efecto en bebidas azucaradas”, señalan los autores.
Imitando las políticas contra el tabaco.
Si los investigadores parten de la regulación que se aplicó a la industria tabacalera, probablemente tengan el mismo éxito. En Estados Unidos, la American Cancer Society informó de una drástica disminución de las muertes por cáncer en el país, donde el consumo de cigarrillos va a la baja. Claro, esto también se debe a la oportuna detección del cáncer de pulmón.
El año pasado, Nueva Zelanda anunció una política para prohibir el consumo de cigarrillos a todas las personas nacidas después de 2008. Con esta clase de medidas se amplían todavía más los límites en la política de salud pública contra el tabaco. Es un avance importante contra una industria que, durante décadas, no sólo ignoró las advertencias de los científicos, sino que empleó técnicas de marketing para vender más cigarrillos a sabiendas de las enfermedades que causaban.
Y como sucede con el tabaco, el exceso de azúcar promueve enfermedades a través de mecanismos bien conocidos. Los autores del estudio señalan que los niños estadounidenses consumen más de los niveles recomendados de bebidas azucaradas. Esto implica un mayor riesgo de que aparezcan enfermedades crónicas. Aunque para un pequeño resulta difícil asimilar estas imágenes, los padres tienen la obligación de orientarlos hacia la verdad y protegerlos. Tal y como abandonaron los cigarrillos cuando las imágenes de pulmones ennegrecidos aparecieron en los empaques.
El futuro de las bebidas azucaradas.
Por supuesto, uno de los mayores obstáculos en la cantidad de azúcar que consumen las personas puede ser el propio gobierno. Estados Unidos es el mejor ejemplo, pues en este país la industria azucarera recibe un fuerte subsidio gubernamental. El gobierno prefiere destinar recursos a alimentos procesados y azucarados que, por ejemplo, a frutas y verduras. Por eso, a muchos consumidores les resulta más barato y accesible adquirir lo peor para su salud.
El etiquetado que aprobó el gobierno de México en 2020 es un avance importante en el tema, aunque no ha tenido buenos resultados. Sin embargo, esta clase de advertencia tan gráfica realmente podría reducir el consumo de bebidas azucaradas. Especialmente para los niños, quienes más lo necesitan. Parece inevitable que, en unos cuantos años, esos tacos en la esquina vayan acompañados con una Coca-Cola repleta de imágenes con pies gangrenados y corazones enfermos.
Cortesia del gato diabetico
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