jueves, 3 de marzo de 2022

prohibiciones absurdas de la Edad Media

leyes absurdas de la edad media(1)

 La Edad Media es ese período en la historia de la humanidad que muy pocos anhelan repetir. Entre los siglos V y XV, nuestros antepasados experimentaron cuantiosas guerras, sufrieron en las garras del hambre y sus poblaciones eran diezmadas por enfermedades. 

En la Inglaterra del Medioevo, la Iglesia Católica Romana gobernaba con mano fuerte a través de un sistema feudal. Con leyes y castigos que distan mucho de lo que vemos ahora.

La muerte era un destino probable tanto para aquel que practicaba un deporte prohibido, como para los adeptos a la brujería. A continuación, te presentamos una compilación de absurdas leyes medievales que seguramente has infringido alguna vez en tu vida.

La blasfemia.

¿Has escuchado eso de que «en boca cerrada no entran moscas»? En la Edad Media, si hablabas de más podías terminar muerto con, literalmente, un mosquero dentro de tu boca. Para evitar infringir alguna ley religiosa, lo mejor era guardar silencio. Cometer blasfemia, ya sea criticando aspectos de la religión o hablando mal de Dios, era un crimen severo con un castigo ejemplar. Si bien te iba te cortaban la lengua, aunque si la falta era mayor terminabas ejecutado.

Sonarse la nariz.

El turf, las carreras de caballos donde el público puede apostar, nació en las campiñas de Newmarket, en Inglaterra. La práctica inició en el siglo XII, aunque Jacobo I de Inglaterra la popularizó a principios del 1600 cuando construyó un castillo en esta región. Auténticas multitudes se daban cita en Newmarket para ver y apostar en las carreras de caballos.

carreras de caballos

Eventualmente, el deporte se convirtió en una actividad muy lucrativa y el gobierno de la ciudad instauró algunas reglas para proteger a los animales. La más extraña era aquella que prohibía a las personas sonarse en público, aunque tenía su lógica. Las autoridades consideraban que los caballos también podían enfermar. De hecho, cualquier persona que estuviera entre el público con fiebre o catarro debía pagar una multa.

Comer más de dos platos.

Las absurdas leyes de la Edad Media aplicaban incluso a aquello que los individuos podían comer y beber. Obviamente, era una forma vil de controlar el consumo de alimentos entre las clases bajas para que los ricos no enfrentaran escasez alguna de productos. En 1336, se prohibió a los ciudadanos comer una ración de más de dos platos. De esta forma, comidas como la sopa se consideraban raciones completas y las únicas excepciones sucedían en los festivales.

comer mas de dos platos

Usar zapatos puntiagudos.

En la Gran Bretaña de la Edad Media surgió una llamativa moda: los zapatos puntiagudos. Aunque extraña, era una forma clara de mostrar poder adquisitivo. Este tipo de calzado recibió el nombre de poulaines. Y algunos zapatos tenían puntas tan largas que fácilmente podían dar vuelta al tobillo. Y es que entre más larga era la punta, mayor era la riqueza y masculinidad del portador, según la creencia popular.

zapatos puntiagudos en inglaterra

Sin embargo, en 1463 el rey Eduardo IV reforzó la jerarquía social decretando una ley. Ningún hombre que no poseyera al menos el título de Lord podía usar zapatos con una punta mayor a los cinco centímetros. La multa para el infractor era de 136 libras.

Jugar deportes.

En la Edad Media nacieron los deportes que terminarían originando al fútbol americano y rugby modernos. Y aunque los atletas en nuestros días parezcan dramáticos en el campo de juego, en aquella época el deporte era realmente violento. Prácticamente no existían reglas de juego y la sangre era un invitado frecuente en cada encuentro.

jugando futbol

Los atletas acostumbraban a lanzar puñetazos y patadas, hábitos que producían un montón de lesiones e incluso muertes. En 1349, Eduardo III de Inglaterra consideró que estos deportes representaban una amenaza para la seguridad de la corona y los prohibió. El país no solo intentaba recuperarse de un brote de peste bubónica, también estaba en guerra con Francia. Así que sacrificar vidas en vano era imperdonable. El rey ordenó que todos los hombres restantes se enfocaran en el entrenamiento militar. La multa por jugar aquel primitivo fútbol era de seis días de prisión.

Jugar al tenis.

Aunque en aquella época no se llamaba tenis, en 1485 prohibieron el deporte que se jugaba con una pelota y dos raquetas. Era un deporte exclusivo para la nobleza, y la única excepción se hacía el día de Navidad. El objetivo de la prohibición era mantener la jerarquía feudal, pues este deporte destacaba por requerir equipo específico, conocimiento de las reglas y cierta etiqueta social.

Cazar ciervos del rey.

En Inglaterra, tras la conquista normanda cientos de hectáreas de terreno se designaron como bosques reales. Esencialmente, todo ese territorio se destinaba exclusivamente a servir como terreno de caza para el rey. Y cuando se trataba de ciervos salvajes, la monarquía mostraba mucho recelo. Los ingleses realmente odiaban la «ley del bosque» por su severidad.

cazar ciervos del rey

En 1198, se aprobó una ley que ordenaba castrar y dejar ciego a todo aquel que osara cazar ciervos en un bosque real. Existe un registro, supuestamente de 1209, donde un hombre llamado Hugh «el escocés» es acusado de este crimen. El aterrado cazador se refugió en una iglesia, donde se ocultó por varias semanas hasta que escapó disfrazado de mujer. Tras una serie de protestas, en 1217 redujeron el castigo a una multa o un año de prisión.


Cortesia de Ricky besahermanas



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