Poco a poco las modificaciones corporales se convirtieron en herramientas de expresión. Actualmente, encontrar a una persona con un piercing o tatuaje es algo completamente normal.
Y quizá no sea tu estilo, pero en este mundo hay cabida para todos los gustos. Curiosamente, estas prácticas que vemos en la actualidad evolucionaron a partir de costumbres ancestrales.
Hace siglos que los humanos atraviesan su piel, ya sea para introducir pigmentos u objetos que cambian su anatomía. Tampoco hay que olvidar el uso de extensores, tintes, collares y diversos cortes de cabello presentes en tribus centenarias. Por más exóticas que parezcan, a menudo estas prácticas sirven como forma de expresión para un pueblo.
Hoy, las modificaciones corporales como forma de expresión se individualizaron. Principalmente porque a muchos no les agrada la apariencia que “traen de fábrica” y buscan la forma de satisfacer una autopercepción. Y como en gustos se rompen géneros, las modificaciones corporales pueden alcanzar niveles increíbles. Como sucedió con esta pareja.
El caso de Diablo y Mujer demonio.
En Brasil, “Diablo” y “Mujer demonio” conforman una pareja adepta a esta clase de modificaciones. Residentes de Praia Grande, un barrio en la costa de São Paulo, este matrimonio exhibe numerosos tatuajes y otras modificaciones corporales. Incluidos implantes subdérmicos en forma de cuernos y escleróticas teñidas. Carol Praddo y Michel Praddo, de 35 y 44 años respectivamente, aprovechan sus redes sociales para exhibir las modificaciones corporales y hacer comparaciones entre el antes y el después.
“Una cosa llevó a la otra. Todo empezó con los tatuajes, después me gustó el piercing, y ahí me enganché con el tema de la modificación corporal. Poco a poco me fui identificando, buscando una apariencia que destacara del estándar aceptable para la sociedad”, dice la dama. Actualmente, Carol tiene más del 60% de su cuerpo cubierto por tatuajes. Mientras a su esposo solo le queda un 15% de piel sin tinta.
Entre las modificaciones corporales que más llama la atención en esta pareja está la pigmentación de la esclerótica. Pero también observamos implantes subdérmicos, lengua bífida y coloración metálica de las piezas dentales. Además de esas modificaciones, Michel se hizo una rinoplastia extrema, se cortó las orejas y alargó los dientes.
La ambiciosa meta.
“Si alguien me hubiera preguntado hace 14 años, respondería que jamás me haría modificaciones en la cara. Porque el rostro era una tarjeta de presentación, y eso era demasiado. No me veía enamorado de la modificación extrema”, relató Michel. “Diablo” asegura que su meta es convertirse en el hombre con más modificaciones corporales del mundo, y eventualmente entrar al libro de los récords Guinness.
“Además de los tatuajes me hice escarificaciones, me corté las comisuras para ampliar la boca y que la dentadura permanente de plata pudiera salir con facilidad. Actualmente tengo un proyecto con el brazo izquierdo que se llama “la garra”, lo estoy transformando como si se tratara de una herramienta acoplada. Es un proyecto largo, que tomará algo de tiempo pues se hace por etapas”, señaló.
“Todo con el objetivo de dejarlo lo más parecido a una garra. Fue una operación sin dolor, pues me anestesiaron. Normalmente, lo más difícil es el postoperatorio”, confesó. Si te estás preguntando qué clase de médico se atreve a realizar estas modificaciones, Diablo dice que planea muy cuidadosamente cada una de las intervenciones.
“El modificador es el que se encarga de las más grandes, pero siempre con mucho cuidado. Cada modificación tiene su tiempo de adaptación. Cuando me corté los dos dedos, al principio me resultó complicado acostumbrarme a cosas tan simples como sostener un vaso. Pero hoy me resulta de lo más normal”, concluyó.
Cortesia de Marcia cara de diablo
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