Desde el accidente nuclear de Fukushima en 2011, las plantas en la región presentan desarrollo anormal a causa de la radiación. Esto es particularmente evidente en las inmediaciones de la central nuclear homónima, donde los científicos detectaron cambios en la estructura de plantas y árboles.
Al estudiar los verticilos, encontraron que los abetos alrededor de Fukushima presentaban patrones de crecimiento inusuales. Los verticilos son nudos de un punto central a partir de los cuales brotan hojas, ramas u otras partes de la planta. El 11 de marzo del 2011, en la Central Nuclear de Fukushima se produjo un accidente donde tres de los seis reactores nucleares terminaron derretidos.
La falla en el sistema fue consecuencia de un tsunami generado por un terremoto de magnitud 8.7. Tras la catástrofe, el área circundante quedó contaminada por material radiactivo y radiación ionizante. Y la flora también resultó afectada, con árboles estudiados por investigadores que presentan extraños patrones de crecimiento.
“Las secuencias de las anomalías coincide con el índice de radiación ambiental en los sitios analizados”, señalan los investigadores. Entre mayor es la radiación del lugar, mayores son las anomalías. Los autores del estudio especifican que otra anomalía detectada es la “eliminación” del abeto japonés y pino rojo.
También explican que dichos hallazgos coinciden con las anomalías observadas en los pinos escoceses en la Zona de Exclusión de Chernóbil. El accidente nuclear de Chernóbil se desarrolló entre el 25 y 26 de abril de 1986, tras una falla en el reactor número 4 de la Central Nuclear de Chernóbil, en Ucrania.
“Transcurrió una década desde el accidente […] y aún son visibles los efectos a gran escala”, señalan los investigadores en el artículo. “Aprender de incidentes pasados y aplicar este conocimiento puede hacer una diferencia significativa en términos de vida y costos en la gestión de salud”.
Cortesia de Don Ramon
No hay comentarios:
Publicar un comentario