lunes, 18 de octubre de 2021

el ejército de simios-humanos

 La idea de crear humanos más fuertes, rápidos e inteligentes nos fascina desde que empezamos a disputar territorios. En el siglo XIX, la búsqueda por el soldado perfecto propició el surgimiento de la eugenesia. 

ejército de simios humanos creado por Iliá Ivanov(1)

Por supuesto, el éxito posterior de esta pseudociencia no podría explicarse sin las atrocidades perpetradas en la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, los nazis soñaban con mejorar la raza humana alentando individuos con rasgos deseables a aparearse. Mientras tanto, limitaban la procreación y existencia de aquellos individuos con rasgos que consideraban indeseables.

Pero, los soviéticos también perpetraron atrocidades en nombre de la megalomanía que padecía Iósif Stalin. Además, para este dictador el plan de los nazis para crear la raza perfecta parecía demasiado lento. La leyenda dice que Stalin encomendó la creación de una raza híbrida entre monos y humanos. ¿La razón? Pretendía reconstruir su ejército con súper soldados tras la infame Revolución Bolchevique.

Iliá Ivanov: híbridos entre humanos y simios.

La mente maestra en esta historia es un científico ruso llamado Iliá Ivanov. El trabajo de este biólogo se enfocó en la inseminación artificial y la hibridación interespecífica de animales. Aunque trabajó principalmente con caballos, experimentó e implementó técnicas pioneras con otras especies para producir híbridos, como los zebrasnos. En 1910, Ivanov habría iniciado su investigación sobre la producción de descendencia híbrida entre humanos y simios.

chimpances

La difícil situación social que imperó durante la Revolución rusa impidió sus avances en el área. Pero, en 1926 reanudó su investigación y tuvo oportunidad de probar su hipótesis gracias a una financiación directa del gobierno soviético. Mientras colaboraba con el Instituto Pasteur de París le asignaron un complejo en Guinea Francesa. Pero, al llegar a esta región de África encontró las instalaciones en condiciones deplorables.

Los únicos especímenes a disposición eran tres chimpancés jóvenes que ni siquiera alcanzaban la madurez sexual. Eventualmente, Ivanov consiguió tres ejemplares adultos que inseminó artificialmente con esperma humano. El experimento fracasó cuando la concepción natural se mostró inviable. En ese momento, el biólogo ruso adopta una metodología mucho más horripilante. Tramó un plan para inseminar artificialmente hembras humanas con esperma de chimpancé. Pretendía crear una nueva raza denominada «Humancé».

Los humancé.

Acudió a un hospital local y propuso a los médicos inseminar pacientes sin su consentimiento. Afortunadamente, los médicos consultaron al gobernador de Guinea Francesa quien intervino y puso fin al experimento. Pero, para el científico ruso la expedición no resultó tan catastrófica como parece. Sin ese viaje a Guinea Francesa probablemente no hubiera conseguido los 20 simios con los que empezaría un criadero en territorio soviético. Desafortunadamente, en el traslado a la República de Abjasia 16 animales murieron.

humance

Establecido el criadero de simios, Iliá Ivanov necesitaba voluntarias dispuestas a someterse a una inseminación artificial. Se las arregló para convencer a cinco mujeres de participar en el experimento. Aunque los pocos simios que quedaban finalmente murieron y la investigación se detuvo por completo.

La eugenesia positiva.

Para 1930 el panorama político en la Unión Soviética era completamente distinto. En el pasado, las élites soviéticas de alguna forma respaldaban la eugenesia positiva. Consideraban que, al criar selectivamente a sus mejores ciudadanos, la Unión Soviética se constituiría en una sociedad trabajadora y comunitaria. Las posturas de Ivanov encajaban con estas ideas. El científico se convenció de que podía cambiar a los humanos de diversas formas si lograba hacer híbridos con los simios. A grandes rasgos, era una base sólida para las nociones de eugenesia positiva que circulaban en la época.

Por si fuera poco, esta pseudociencia parecía respaldada por las posturas darwinianas. Al considerar que los humanos y simios guardaban una relación estrecha como Darwin sugirió, concluyeron que la cruza de especies era factible. De hecho, esta artimaña ideológica incluso podía transformarse en propaganda para socavar a la religión. De forma que los ciudadanos solo adoraran al estado.

propaganda de los sovieticos contra la religion

Rechazo soviético.

Afortunadamente, la eugenesia positiva cayó en desgracia. Stalin era más adepto a una visión lamarckiana de la evolución. Le fascinaba la idea de que las próximas generaciones heredaran rasgos adquiridos. Básicamente, si un individuo desarrollaba fuerza excepcional, esa fuerza se transmitiría a sus descendientes. Algunos consideran que el dictador desestimó la eugenesia positiva al considerarla uno de los principales objetivos de los nazis. El odio entre nazis y bolcheviques era tan grande que simplemente no podían compartir un mismo ideal.

En 1930, la comunidad científica soviética pasó por una purga para erradicar a todos los que apoyaran la eugenesia positiva. Cuando un colega acusó a Iliá Ivanov de sabotear su equipo de inseminación artificial, el científico cayó en desgracia. Se exilió en Kazajistán, donde murió dos años después.

La nula ética de Iliá Ivanov.

Indudablemente, la escasa ética con la que se condujo Iliá Ivanov lo acerca a la lista de los científicos locos. Sus experimentos en Guinea Francesa y la propia naturaleza de su investigación lo hacen ver como un monstruo. De hecho, existe el rumor de que Ivanov trabajaba bajo las órdenes de Stalin en la creación de súper soldados. Aunque probablemente es mentira, y el dictador ni siquiera conociera el trabajo de Ivanov más allá de lo que se informaba en los periódicos.

Iliá Ivanov
Iliá Ivanov.

Los rumores sobre super soldados aparecieron por primera vez en un artículo publicado por The Scotsman, un periódico escocés. El medio citó como fuente supuestos documentos recientemente descubiertos. Sin embargo, no proporcionan alguna otra evidencia de la fuente. El programa de televisión Monster Quest, de History Channel, retomó la idea de los super soldados simios y popularizó el tema. Aunque la leyenda urbana atrajo mucha atención, las implicaciones de la verdadera historia tienen que ver con la ética, ciencia y política.

La pregunta ni siquiera debería centrarse en si Iliá Ivanov podía crear híbridos entre humanos y simios, sino si debió intentarlo. Con los avances en la biotecnología y edición genética, hoy más que nunca este tipo de cuestiones son relevantes para la humanidad. Pues las cosas que Ivanov alguna vez soñó ya están a la vuelta de la esquina.

Cortesia del Profe Pato



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