En Internet se encuentran ilusiones ópticas increíbles que producen un conflicto entre lo que nuestros ojos ven y lo que el cerebro entiende. Sin embargo, las representaciones de la artista coreana Dain Yoon son dignas de admiración. Esta mujer fabrica ilusiones ópticas increíblemente realistas y detalladas empleando su rostro como lienzo. Hasta los observadores más expertos pueden dudar de lo que están viendo.
“Muchos creen que ilusión significa engaño, pero no considero que sea así. No considero las ilusiones como una trampa, sino como un concepto más amplio. Creo que cualquier cosa que se aleje de su forma original puede convertirse en una ilusión o expulsarte de la ilusión en que estás viviendo”.
Yoon afirma que siempre ha esta enamorada del arte, especialmente de la pintura. “Siempre me gustó pintar desde muy joven, en eso me desempeñaba mejor. Asistí a la Yewon Arts Secondary y el Seoul Arts High School, graduándome con honores. Estas son las escuelas de arte más prestigiadas en Corea del Sur. Una vez que ingresé a la facultad de arte, estudié escenografía. También practiqué maquillaje teatral en el cuerpo de los actores”.
Esta experiencia con el maquillaje teatral produjo en Yoon la imperante necesidad de elaborar su propio trabajo creativo, independiente de las piezas que se presentaban en el teatro. Desarrolló su arte personal pintando cuerpos de modelos y, después, empezó en su propio rostro. La artista dice que el rostro es la parte más fuerte y sensible del cuerpo, con la que puede trasmitir hasta las emociones más delicadas.
Yoon elabora ilusiones estáticas o como parte de un performance. En la entrevista explicó un poco del proceso creativo que sigue. “Lo primero es conceptualizar las ideas. Esto lleva mucho tiempo. El último paso siempre depende. Si me pinto y busco capturar esto con una fotografía digital, esa captura sería el último paso. Si se trata de un performance, ejecutar la presentación real sería la etapa final en la creación del trabajo”.
La artista dice que todos los trabajos por los que pasó contribuyeron a formar su vocación real, y que todos esos empleos la formaron como artista.
“Desde el primer año de universidad trabajé medios turnos en cosas que me interesaban: estilista, diseñadora gráfica, asistente de cine, maquillaje para películas, maquillaje teatral, modelo de música, etc. Después de todas esas actividades, mezclé todas aquellas que disfrutaba hacer. Me aseguré de pasar por mucha prueba y error, pues nunca se aprende hasta que se intenta”, finaliza la artista.